Al parecer, los cálculos elaborados por el Consejo de Administración de Petrobras serían calificados de "obra de aficionados" por Rousseff quien incluso habría presionado al Consejo para que estos no fuesen divulgados el pasado martes, cosa que consiguió parcialmente al no ser incluidos en el balance del tercer trimestre de 2014 publicado el miércoles.
El Gobierno de Brasil opina, según asesores de presidencia consultados por Folha, que la divulgación de los datos acabaron creando una imagen de que los activos de la empresa necesitan ser rebajados no solamente por la red de corrupción en Petrobras, sino por la propia incompetencia administrativa en la petrolera.
El artículo de Folha describe como, enojada, Rousseff llegó a telefonear a su íntima amiga y presidenta de Petrobras, Graça Foster, en un diálogo "durísimo" en el que esta habría pedido explicaciones sobre los criterios usados para calcular los 88.600 millones de reales, una cifra que Rousseff habría tachado de "temeridad".
Según esta información, la estrategia de Rousseff de ir sustituyendo los miembros del Consejo de Petrobras uno a uno incorporando a hombres de conducta intachable y respeto en los mercados, como el expresidente del Banco Central de Brasil, Henrique Meirelles, se habría venido abajo e incluso se haría urgente la dimisión de su amiga Graça Foster para intentar salvar a la compañía del desastre tras dos días consecutivos de caídas en la Bolsa de Sao Paulo.