“Resulta cada vez más evidente que nuestros colegas occidentales, sobre todo norteamericanos, consideran a Ucrania como un instrumento, un ariete, para resolver los asuntos de su política exterior”, dijo. Añadió que uno de los objetivos es empeorar las relaciones entre Rusia y la Unión Europea.
Destacó que el destino del pueblo ucraniano “importa poco a los colegas occidentales”.
Añadió que si fuera así, ya hace tiempo que habrían prestado suficiente apoyo financiero a Ucrania.