El 19% de los encuestados culpa a las autoridades francesas por su inefectividad al prevenir ataques terroristas y controlar “aumento del fanatismo islamista”, mientras que el 16% lo atribuye a una política migratoria demasiado relajada.
Además, el 68% cree que ese tipo de caricaturas simplemente no debería permitirse y solo el 12% cree que las caricaturas reflejan uno de los muchos puntos de vista válidos en una sociedad.
Los rusos efectivamente expresaron que “no son Charlie”, dice la especialista del Levada Center Karina Pipia. “Según las cifras, los rusos consideran que los periodistas se lo buscaron”, dijo.
Los encuestados comparten en gran medida la postura de las autoridades rusas respecto a que estas caricaturas insultan las creencias religiosas. Además apoyan la recomendación de no publicar caricaturas sobre temas religiosos emitida por la autoridad federal que regula las telecomunicaciones en Rusia.
“La gente no considera que eso constituya censura, sino que ven que el Estado, al proteger la dignidad de grupos religiosos, está así evitando conflictos étnicos”, cree un sociologo citado por el periódico.
Solo un pequeño porcentaje de los encuestados cree que este tipo de publicaciones se enmarcan en la libertad de expresión.