La agencia Standard & Poor's (S&P) rebajó el lunes un escalón la nota de la deuda rusa a largo plazo, de 'BBB-' a 'BB+', y la situó en la categoría de 'grado de especulación', o 'bono basura'.
"La rebaja refleja nuestra opinión de que la flexibilidad de la política monetaria de Rusia se ha vuelto más limitada y sus perspectivas de crecimiento económico se han debilitado", explicó S&P en un comunicado.
En opinión de Natividad Blasco, catedrática de Economía Financiera y Contabilidad de la Universidad de Zaragoza, "la caída de los precios del petróleo, el enfrentamiento comercial con otros países y las estimaciones pesimistas del propio Banco Central ruso respecto del crecimiento han generado incertidumbre, y el riesgo se traduce en un empeoramiento de la calificación".
"Desde hace semanas el rublo está sometido a una intensa depreciación que hacía previsible la rebaja", afirma.
Pero esta decisión no significa que se dispare la venta de activos de Rusia o aumente la fuga de capitales, aunque es un hecho hacia el que "los inversores extranjeros ya se mostraban mucho más cautos desde finales del año 2014".
Los mercados financieros "exigen más rentabilidad a los activos que son más arriesgados y, en un contexto de tipos bajos de interés en Europa y EEUU, puede haber inversores con apetito por el riesgo y que se puedan sentir atraídos por mayores rentabilidades en Rusia", señala Blasco.
Por el contrario, "la rebaja de la calificación desincentivará la compra e incentivará la venta de activos rusos en los inversores más adversos que no se mueven con propósitos especulativos", según la experta ya que los mercados financieros se mueven por expectativas y "el dinero suele ser miedoso".
Blasco ve un futuro complicado para Rusia porque se han unido muchos elementos. Las exportaciones de petróleo y gas representan "la mitad de los ingresos de Rusia", por lo que son un factor clave para generar expectativas de crecimiento.
"Una bajada de precios tan importante como la actual supone una disminución notable de los ingresos fiscales rusos y un deterioro financiero", asegura la experta.
Para la profesora "la tensa situación comercial con Europa también ha influido negativamente" al igual que "los elevados tipos de interés" en Rusia porque dificultan a las empresas rusas "conseguir financiación para continuar con su actividad", añadiendo lastre en la economía real.
Si a todo ello se le suma la depreciación del rublo que "encare las importaciones", se dibuja, según Blasco, "una situación complicada con importantes niveles de incertidumbre respecto del futuro más inmediato".