Las autoridades húngaras propusieron con anterioridad esa iniciativa, que Kupriyánov consideró de ´pura geopolítica´.
Por su parte, el presidente de la Unión rusa para el Gas, Serguéi Chizhov, calificó de beneficiosa la posible colaboración con ese país de Europa Central.
"En el caso de que se consiga el acuerdo, el país se convertirá en nuestro socio en la región y claro que para nosotros será beneficioso", opinó.
La situación en torno a las reexportaciones del combustible ruso a Europa es como un juego de naipes, indica Rossiyskaya Gazeta.
Por un lado, Gazprom afirma que el Turk Stream es la única ruta para transportar 63.000 millones de metros cúbicos de gas ruso a los consumidores europeos.
Al mismo tiempo, Bulgaria insiste en continuar con la construcción del proyecto anterior, el South Stream, que Moscú cerró debido a la oposición de la Unión Europea; Hungría, a su vez, muestra el interés en albergar el gas ruso en sus almacenes.
Es como un póquer, durante el cual se cambian con frecuencia las reglas y todavía es temprano jugar a lo grande, cree el director del Fondo ruso del Desarrollo Energético, Serguéi Pikin.
"Rusia debe estar a la expectativa, porque cualquier opción prevé ciertos riesgos", advirtió el experto.