Sin embargo, Rusia es otro de sus objetivos a debilitar, "sobre todo por sus alianzas con Irán y Siria, que son vistas con temor por parte de Arabia Saudí", añade.
Otros países perjudicados, como Venezuela, asegura que son víctimas colaterales de esta política que puede durar hasta uno o dos años más. "Es una política de Estado que no se cambiará de la noche a la mañana, con el mantenimiento de estos precios también quieren evitar que surjan otros métodos de extracción de petróleo más barato y que a largo plazo les perjudiquen", afirma. Por lo tanto, a pesar del cambio de monarca, según este experto cabe esperar que, en líneas generales, se mantenga la política del rey Abdalá en materia energética. "Es una estrategia a medio plazo, no a corto plazo, por lo que creo que se puede prolongar uno o dos años más", declara el experto a esta agencia.
Sin embargo, a largo plazo será necesario cambiarla. "Es inviable mantener ese precio durante un largo período, porque también acabará perjudicando a Arabia", señala, "por lo que es una estrategia con fecha de caducidad".