“Esperamos que el proyecto (Turk Stream) se realice y permita reforzar la seguridad energética de Europa, protegiéndola de países de tránsito problemáticos”, dijo Lavrov a la prensa.
A principios de diciembre, Rusia renunció al proyecto South Stream, pensado para suministrar gas ruso a Europa Central y del Sur y acordó con Turquía construir un gasoducto marino alternativo y una terminal de gas cerca de la frontera con Grecia. Al comentar la suspensión de South Stream durante la rueda de prensa en Moscú, el jefe de la diplomacia rusa indicó que la situación está “muy clara”. “El proyecto fue cerrado, en primer lugar por el trato discriminatorio de la Comisión Europea”, afirmó.
Durante una visita a Turquía, en diciembre pasado, el presidente ruso Vladímir Putin, dijo que Rusia se veía obligada a abandonar el proyecto South Stream, debido a que Bruselas mostraba una postura poco constructiva en relación a esta iniciativa.