Los casos "tan condenables" como los de Iguala –donde los estudiantes fueron agredidos por policías y narcos aliados–, y de Tlatlaya –donde militares ejecutaron a 15 jóvenes sicarios que se habían rendido–, "han sacudido nuestra consciencia, calles y plazas se llenan de personas que protestan, dando visibilidad a exigencias que hasta hace poco estaban dispersas", dijo el presidente de la CNDH que México juega el papel de Defensor del Pueblo ante el Estado.
"Las manifestaciones son una expresión de hartazgo ante la impunidad, de indignación por la complicidad entre algunas autoridades y delincuentes, de inconformidad ante los abusos de poder y la falta de respuesta de las autoridades a las demandas por un país más justo e incluyente", dijo el Ombudsman en su discurso de entrega del Premio Nacional de Derechos Humanos 2014, ante el presidente de México Enrique Peña, que vive su peor crisis política.
En México "existe un malestar social muy difundido, pero no necesariamente se limita a estos casos, los cuales más bien han catalizado un largo proceso de frustración iniciado años atrás", dijo en el acto al cual asistió además el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los DDHH en México.
"La violencia, la inseguridad, la corrupción y la impunidad han provocado, además de dolor e indignación, un sentimiento de desconfianza hacia nuestras instituciones, de malestar, de fractura en nuestro Estado de Derecho, así como una percepción de lejanía e indiferencia de las autoridades ante los reclamos de la sociedad", dijo el nuevo titular de la CNDH, nombrado en noviembre.
"Los mexicanos tenemos un reclamo de justicia y de verdad" dijo ante la mirada del Presidente Peña en el acto en la residencia presidencial de Los Pinos.
"¿Dónde estaban las instituciones de seguridad del Estado que debían prevenir los riesgos y amenazas a la seguridad interior y al orden pública?; ¿qué hacían las autoridades competentes de los distintos niveles de Gobierno, cuando acontecían esos deleznables episodios?", interrogó ante delegados de todos los poderes federales y organismos de la sociedad civil.
¿Cómo pudimos llegar a tal grado de deterioro social e institucional en esas regiones del país?" siguió preguntando el presidente de la CNDH, para concluir que "la injusticia, la mentira y la violencia, sea cual sea su origen, agreden y debilitan a México".
El Ombudsman federal dijo que "es imperativo atender el tema de la impunidad, que es el mayor flagelo que debemos erradicar", porque es "el preludio de la barbarie".