El funcionamiento del reactor atómico de Arak, en Irán, resulta una de las cuestiones más problemáticas en las negociaciones del G6 con Teherán sobre la regulación del problema atómico iraní, declaró este viernes el viceministro de Exteriores de Rusia, Serguéi Riabkov.
"La cuestión del reactor en Arak está entre las principales piedras de tropiezo", dijo Riabkov a esta agencia la víspera del encuentro del sexteto negociador que se realizará en Nueva York.
De acuerdo al plan de acción conjunto aprobado el 24 de noviembre de 2013 en Ginebra, el Grupo 5+1 y Teherán debían acordar para el pasado 20 de julio un documento que garantizara el carácter exclusivamente pacífico del programa nuclear iraní. A cambio los países occidentales se comprometieron a levantar las sanciones internacionales impuestas al país persa.
Sin embargo, el plazo de elaboración del documento se postergó por cuatro meses, porque Irán asegura que enriquece uranio para fabricar combustible para plantas de energía nuclear y no para elaborar bombas, mientras Occidente sigue demandando pruebas de que el país solo pretende la producción de energía pacífica.
Anteriormente Riabkov destacó que las cuestiones más complicadas a negociar durante en encuentro actual del G6 en Nueva York estaban relacionadas con los controles del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA). Quedaba por determinar los poderes de las inspecciones, así como negociar sobre si se podrá controlar el reactor nuclear de agua pesada de Arak (oeste de Irán) que es el último punto de divergencia en las intensas negociaciones.
