Las elecciones presidenciales de este martes en Siria serán una prueba real del apoyo al actual jefe de Estado, Bashar Asad, declaró a Nóvosti el historiador Alexéi Sarábiev, del Instituto de Estudios Orientales.
Entre los tres candidatos, aprobados por el Parlamento de Siria, figuran el presidente actual, Bashar Asad, un profesor universitario, Hasan al Nuri, y un diputado, Hafez Hayar. Los últimos dos son representantes de la oposición moderada.
En marzo, el Parlamento de Siria aprobó una nueva ley electoral que, por primera vez en la historia del país, autoriza a participar en los comicios a varios aspirantes a la presidencia.
El presidente Asad está en el poder desde 2000 y fue reelegido el 27 de mayo de 2007 en el referendo nacional, al lograr el 97,62% de los votos.
UN NUEVO PASO PARA LEGITIMAR AL RÉGIMEN
Según Sarábiev, el régimen de Asad hace todo para demostrar que el país vive una vida normal a pesar de los combates.
“Esos comicios, sin duda, son un paso más hacia la legitimación del poder actual. Se convertirán en una prueba real del apoyo a Asad”, opina el experto.
Señaló que “Asad lleva a cabo una política de pacificación en el país” y eso hace esperar que “se pueda evitar una intervención exterior, aunque de cara a las elecciones sobre Siria se cernían las nubes”.
El experto del PIR Center, Andréi Baklitski, opina a su vez que los comicios “no influirán mucho en la situación”.
Mencionó que hoy día se oyen “las declaraciones de que las elecciones contradicen con el acuerdo de Ginebra que prevé la creación de un Gobierno de transición”.
“Pero la realidad refleja que ahora nadie va a crear un Gobierno interino. Siria sigue dividida en varias partes. El territorio bajo control de Asad y de las tropas gubernamentales se va a consolidar aún más tras las elecciones pero eso no influirá mucho en el territorio controlado por los insurgentes”, dijo Baklitski.
El experto destacó que la votación no se celebrará en los territorios controlados por insurgentes y subrayó que los resultados de las elecciones son bastante predecibles.
“Ni Al Nuri ni Hayar son tan populares como Asad”, dijo.
“El objetivo principal de las elecciones es obtener un mandato del pueblo, un mayor grado de legitimidad para posicionarse fuera y dentro del país, y parece que Asad lo logrará”, concluyó Baklitski.