La crisis de Ucrania demuestra que enemistar a los rusos y los ucranianos es un objetivo estratégico de los que pretenden debilitar a Rusia, declaró el escritor, estadista y líder del Movimiento de Renovación Serbio, Vuk Draskovic.
“La actual situación en Ucrania, especialmente teniendo en cuenta la injerencia externa, demuestra que un conflicto entre los rusos y los ucranianos favorecería a los que preferirían ver una Rusia política y económicamente débil”, dijo Draskovic a esta agencia.
Por consiguiente, en su opinión, la estrategia de Moscú debe estar dirigida no solo a los rusoparlantes sino a toda la población de Ucrania.
Draskovic cree además que para Moscú es muy importante mantener “las mejores relaciones posibles” con Alemania, el “más fuerte país de la Unión Europea”, que hasta ahora ha actuado con bastante neutralidad en lo relativo a la crisis ucraniana y no se apresura a unirse al “clamor antirruso”.
Según Draskovic, “es obvio que Ucrania no puede incorporarse a la OTAN. A la vez, teniendo en cuenta la criminalidad y el caos jurídico en el país, tardará de 20 a 30 años en cumplir los requisitos para adherirse a la Unión Europea”.
“Sin embargo podría llegar a desempeñar un papel clave como importante eslabón entre la Unión Europea y la Unión Euroasiática (un proyecto integracionista de Bielorrusia, Kazajstán y Rusia liderado por Moscú)”, constató el político.
Agregó que “en cierta medida, es Moscú la que tiene ahora en sus manos la solución a la crisis”.