El Ejército gubernamental convierte en sus baluartes las localidades liberadas de los islamistas.

El Ejército gubernamental convierte en sus baluartes las localidades liberadas de los islamistas.

El servicio militar en la frontera supone un riesgo constante. Los islamistas pueden atacar en cualquier momento. Entre ellos casi no hay sirios. Prevalecen tayikos, afganos, libios y marroquíes…

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© RIA Novosti . Andrey Stenin
Todo el mundo habla de las atrocidades del batallón del Frente al Nusra.

Latakia era un centro turístico antes de comenzar la guerra. Hoy día, pocas familias se dirigen allá asustadas de lo que cuenta la gente sobre las fechorías que cometen los rebeldes en la carretera Damasco – Homs.

Según militares sirios, en esa localidad turca se concertan los extremistas para cruzar después la frontera.

Las posiciones del enemigo pueden verse solo con la ayuda de una mira telescópica potente. A pesar de que las distancias son grandes, los militares temen a francotiradores islamistas dotados de fusiles de largo alcance.

Soldados del Ejército regular sirio cerca de la frontera con Turquía.

Un soldado del Ejército gubernamental cerca de la frontera con Turquía.

Fragmento de un camión arrancado por explosión. Una unidad del Ejército sirio se atrincheró en esta colina para tener bajo fuego los poblados donde se encuentran los rebeldes.

Habitantes de un poblado regresan a sus hogares tras la retirada de los rebeldes.

Tanquista de una unidad gubernamental durante una operación de combate lanzada cerca de la frontera turca.

Un soldado del Ejército gubernamental.

Las autoridades anunciaron una recompensa de 500.000 libras sirias (unos 10.000 dólares) por cada mercenario capturado vivo, y de 200.000 libras,por la información que contribuya a ello.
