Las sanciones impuestas a Damasco por la Liga Árabe (LA) no presionarán al régimen sino que ante todo afectarán al pueblo sirio, reveló el líder de la oposición siria, jefe del Partido Nacional Socialista Sirio, Ali Haydar.
“Las sanciones económicas de LA afectarán al pueblo sirio y no a las autoridades”, dijo Haydar en una rueda de prensa en Damasco.
El líder opositor admitió que la mayor presión al pueblo se deberá a la reducción del intercambio comercial con los países árabes, al cual corresponde la mitad de las exportaciones sirias y un cuarto de la importación.
Las sanciones acordadas ayer por los cancilleres de la LA prevén interrumpir la comunicación aérea con Siria, prohibir la entrada de ciertos funcionarios sirios al territorio de los países miembros de la LA, suspender operaciones con el Banco Central y el Banco Comercial de Siria, congelar los activos financieros, proyectos de inversión y contratos comerciales con el gobierno.
La LA en reiteradas ocasiones destacó que las sanciones no buscan presionar al pueblo sirio sino que a las autoridades y fueron aprobadas sólo después de que Damasco rechazara dar acceso al territorio sirio a una misión observadora árabe para supervisar la situación.
Las autoridades sirias aceptaron la iniciativa árabe sobre el arreglo aunque introdujeron enmiendas en las condiciones del trabajo de los observadores en su territorio, que fueron rechazadas posteriormente por la LA.
“Tenemos ciertas condiciones bajo las cuales estamos dispuestos a aceptar la iniciativa de la LA”, dijo Haydar al agregar que no se puede realizarla “a costa de la soberanía nacional”. Resultó que el papel de la LA se reduce a que vuelve a someter el problema sirio al estudio del Consejo de Seguridad de la ONU, lo que acabará con una injerencia externa, concluyó el político.
Siria vive los últimos ocho meses incesantes protestas antigubernamentales. La oposición exige la dimisión del presidente Bashar Asad y transformaciones políticas. Según datos de la ONU, más de 3.500 personas murieron en el país en los choques con las fuerzas de seguridad y la policía.
Las autoridades informan a su vez de más 1.500 muertos de ambos lados. La oposición exige la dimisión del presidente Bashar Asad y las transformaciones políticas. EEUU y la Unión Europea exhortaron a Asad a abandonar la presidencia e insisten en imponer sanciones a Siria.
