El primer café en San Petersburgo y en Rusia, donde se puede no sólo tomar café o té, sino también disfrutar de la compañía de varios gatos que viven allí, funciona desde hace varios meses cerca de la plaza de San.Isaak, en pleno centro de San Petersburgo.

El primer café en San Petersburgo y en Rusia, donde se puede no sólo tomar café o té, sino también disfrutar de la compañía de varios gatos que viven allí, funciona desde hace varios meses cerca de la plaza de San.Isaak, en pleno centro de San Petersburgo.

En este período el café de gatos ¨República gatuna¨ ha sido muy apetecido entre adultos y niños

El café es una filial del Museo del gato de la ciudad de Vsevolozhsk (cercana a San. Petersburgo) y tiene en este momento ocho inquilinos.

Entre ellos, unos cuatro gatos son del Museo de Ermitage (que mantiene “trabajando” a varios gatos y es feliz de ubicar a los descendientes de sus ¨funcionarios¨ en buenos sitios) y otros cuatro felinos son de pedigrí.

Para ¨pasar la frontera¨ de la nueva república de gatos, los visitantes tienen que ¨solicitar los visados¨, sin embargo, no tendrían ningún problema en obtenerlos.

Lo más importante es cumplir con las sencillas reglas que ayudan a mantener seguros a los felinos.

Antes de entrar a un lugar especial donde viven los gatos, cada uno en su casita, hay que lavar las manos y poner un calzado estéril.

Y lo más importante, los gatos son libres, por eso no se los puede obligar a compartir con humanos.

Pero inclusive, si algún gato no quiere jugar o está dormido, el resto no dudará en correr tras un ratón de peluche, y sin duda, todos se dejan acariciar por niños y adultos.
