Las detonaciones sucedieron al incendio que se produjo en el almacén situado en Balaklea, una ciudad con casi 29.000 habitantes, y que alberga más de 130.000 toneladas de proyectiles de artillería, municiones y otros pertrechos militares.
El ministro ucraniano de Defensa no descarta que el incendio se haya producido por un sabotaje.