Las autoridades sanitarias del Reino Unido confirmaron la presencia en el país de una nueva cepa del SARS-CoV-2 que se propaga con más rapidez y, según las estimaciones iniciales, puede resultar un 70% más contagiosa, si bien nada apunta de momento a que sea más letal o que provoque más hospitalizaciones.
Dada esa situación, el primer ministro británico, Boris Johnson, endureció las restricciones en un tercio del país y canceló todas las esencias sociales y de viaje durante las navidades.
Varios países cerraron sus fronteras con el Reino Unido para evitar la propagación de la nueva cepa del virus.