Un edificio de viviendas se derrumbó en la ciudad rusa de Magnitogorsk, en los Urales, durante la mañana del 31 de diciembre.
Según la autoridades, la explosión fue provocada por una fuga de gas.
La detonación destruyó totalmente 35 apartamentos del bloque, en el que residían unas 120 personas. La cifra de víctimas mortales se elevó a 38.