La filtración de los planes del Departamento de Eficiencia Gubernamental de EEUU (DOGE) para bitcóin y el sorprendente anuncio del presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell, aprobando que los bancos y Wall Street aumenten la adopción de criptomonedas siempre que ellos y sus clientes "puedan entender y asumir los riesgos", ha hecho que los analistas hablen del glorioso futuro de las criptomonedas.
La obsesión de la Casa Blanca con el bitcóin es en parte un espectáculo, en parte un juego para sus patrocinadores tecnológicos de Silicon Valley, como los empresarios Elon Musk y Peter Thiel, y tiene más que ver con la ideología libertaria que rodea la desregulación de las finanzas digitales que con la política financiera o comercial internacional, indica Patel.
El observador argumenta que, fundamentalmente, las criptomonedas no pueden sustituir a la moneda fiduciaria, ya que la inversión financiera comercial mundial siempre necesitará bancos centrales, cuyos principales instrumentos digitales residirán en las monedas digitales de bancos centrales (CBDC, por sus siglas en inglés), no en las criptomonedas.
"En realidad, son los CBDC los que están vinculados a las divisas, los que están introduciendo las monedas digitales y los que serían el pilar para seguir avanzando", expresó el analista, señalando los llamamientos desde poderosas esquinas a una creciente colaboración entre países para desarrollar normas de interoperabilidad en torno al nuevo "dinero".
El investigador opina que los bancos centrales están adoptando las monedas digitales y seguirán innovando. Así que son las organizaciones que lideran el comercio mundial en el aspecto tecnológico, agregó. En sus palabras, las criptomonedas no serían más que un submercado.
"Hay mucho ruido detrás [de las criptomonedas] y los inversores las respaldan, especialmente los de Silicon Valley. Pero creo que al final, si se hunde, no van a rescatar a los consumidores. Solo el Gobierno puede rescatar a los consumidores. Así que es más una cuestión de política regulatoria que otra cosa", profundiza Patel.
El experto añade que el problema de EEUU, incluso durante la Administración Biden, ha sido el crecimiento de las bolsas de criptomonedas y toda la corrupción que las rodea, además de que las criptomonedas no pueden solucionar los profundos asuntos de la economía estadounidense
Patel asegura que, el problema número uno al que se enfrenta Estados Unidos son las desequilibradas relaciones comerciales que mantiene con sus principales socios, que han desencadenado la desindustrialización y grandes pérdidas de empleo en medio de la feroz competencia del sur global.
Asimismo, el observador sostiene que los aranceles son una solución a corto plazo para este problema en el mejor de los casos, y que no conducirá necesariamente al desarrollo industrial.
El analista considera que la llamada Ley de Reducción de la Inflación del expresidente del país norteamericano Joe Biden ha tenido resultados dispares, por lo tanto, Trump tiene que arreglar primero la política industrial nacional, las innovaciones y la regulación, que solo así podrán competir con Oriente y no con aranceles.
En cuanto al papel de las criptomonedas en todo esto, Patel concluye que siguen siendo una parte y una parte muy pequeña del comercio internacional y, por lo tanto, no pueden jugar la cura milagrosa económica y comercial que la Administración Trump puede estar esperando.
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