Tras acceder al cargo, el nuevo presidente de Estados Unidos, Donald Trump, subrayó que su Administración dará prioridad a la extracción de petróleo siguiendo la fórmula drill, baby, drill (perfora, nena, perfora), que se ha convertido en una de las claves del rumbo del mandatario.
"Inundar el mercado con barriles de petróleo, tanto de EEUU como de la OPEP, tendrá un reflejo en la economía estadounidense en términos de una menor inflación [en el país norteamericano] y más ingresos públicos y privados", destaca Marc Ayoub.
Otro beneficio que Washington podría estar buscando, tiene que ver con el crudo ruso. Y es que hay un matiz en relación con las actuales exportaciones de petróleo ruso a los países asiáticos, indica Ayoub. Si los precios mundiales del petróleo empiezan a caer en picado, "los actores que están comprando petróleo ruso no tendrán ningún beneficio en adquirirlo", concluye el analista.
En el marco de su campaña presidencial, Trump prometió aprovechar las reservas de petróleo para reducir los costos de energía y recaudar más dinero de la industria petrolera. En su intervención en el Foro Económico Mundial de Davos de 2025, que se celebra del 20 al 24 de enero, el político señaló en particular que pediría a Arabia Saudita y a otros países de la OPEP que "bajen el costo del petróleo".
Con ello, cabe señalar que aparte de Arabia Saudita, la OPEP está formada por Argelia, Congo, Emiratos Árabes Unidos, Gabón, Guinea Ecuatorial, Irán, Irak, Kuwait, Libia, Nigeria y Venezuela.