De acuerdo al informe, dado a conocer casi 10 años después del misterioso fenómeno sucedido en las aguas del norte del océano Pacífico, se trata de la mayor defunción animal de la historia moderna.
"Fue mucho peor de lo que pensábamos", admite en el trabajo Heather Renner, bióloga supervisor de vida silvestre en el Refugio Nacional Marítimo de Vida Silvestre de Alaska.
En enero del 2016, numerosos medios locales e internacionales informaron que
miles de araos comunes apareciendo muertos en las costas de Alaska,
en medio de una intensa ola de calor.
Sin embargo, casi una década después, numerosos expertos locales confirman que se trató de un evento de mortalidad animal a gran escala como nunca se había visto, esto luego de analizar la población de araos en 13 colonias de anidación de Alaska.
"Hemos tenido muchas disminuciones de fauna a largo plazo que se han observado en la vida silvestre", señala Renner en el trabajo. "Pero lo que es realmente diferente aquí, que no habíamos visto antes, es esta catástrofe realmente rápida en la que en un año acabamos con la mitad de la población de esta ave marina".
Antes de la ola de calor marina de dos años que terminó en 2016, Alaska tenía aproximadamente 8 millones de araos comunes (una cuarta parte de la población mundial) repartidos en abundantes colonias, explica el informe. La mitad de estas aves murió durante la ola de calor cuando las temperaturas en el Pacífico norte aumentaron entre 2,5 y 3 grados Celsius por encima de lo normal.
Además, muchos depredadores marinos que dependen de ellos sufrieron las consecuencias de la extinción de esta ave.
La cantidad de bacalao del Pacífico en el Golfo de Alaska se redujo en un 80% entre 2013 y 2017, señaló el estudio, lo que llevó al cierre de la pesquería comercial en el Golfo de Alaska, que desde entonces ha reabierto, pero a un nivel más bajo.
El número de ballenas jorobadas en el Pacífico norte se redujo en un 20%. La población de especies que son cruciales para el sustento económico de Alaska, desde el salmón hasta los cangrejos, también se han desplomado, explica el diario estadounidense.