"Parecería que en las actuales condiciones de profundos cambios en el equilibrio del poder mundial, la OSCE podría convertirse en uno de los puntos de encuentro de los intereses de todos los miembros del espacio europeo. Pero a nadie de los presentes en esta sala se le ocurriría utilizarla para este fin", lamentó Lavrov en la reunión del Consejo de Ministros de Exteriores de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE) en Malta.
Fueron los miembros de la OTAN y de la Unión Europea quienes han apartado a la organización de los procesos políticos con sus acciones, prosiguió el canciller ruso. Como consecuencia, "una OSCE así carece de sentido", expresó.
"En la política real dentro de la OSCE no hay espacio para la cooperación o la seguridad. No hay una sola esfera en la que la OSCE pueda desempeñar un papel mínimamente útil para encontrar respuestas a cuestiones directas dentro de sus competencias", añadió el ministro.
Advirtió que "la OSCE existe mientras haya consenso, mientras cada Estado tenga garantías de que sus intereses serán considerados. (...) Ahora no queda ni consenso ni garantías".
Lavrov prestó atención a las políticas de la Administración Biden en Asia-Pacífico. De acuerdo con el ministro ruso, Washington está trasladando la infraestructura de la OTAN a la mencionada región.
En este contexto, denunció la creación de bloques militares con rastros "de relleno nuclear", así como el despliegue de fuerzas militares con participación de la OTAN en el mar de China Meridional, el estrecho de Taiwán y alrededor de la península de Corea.
Las "fantasías" sobre el envío de tropas extranjeras a Ucrania solo agravan la situación, declaró Lavrov. Rusia, a su vez, "no quiere atacar a nadie", subrayó.
En cuanto al proceso de la búsqueda de la solución del conflicto, Lavrov mencionó que cualquier iniciativa de paz debe tener en cuenta tanto las cuestiones de seguridad como las de derechos humanos.
Según el canciller, Rusia no alberga esperanzas en las organizaciones occidentales en el asunto, por lo que Moscú apuesta por la necesidad de reforzar la seguridad en Eurasia.
Rusia continúa desde el 24 de febrero de 2022 una
operación militar especial en Ucrania, cuyos objetivos son proteger a la población de un genocidio por parte del Gobierno de Kiev y atajar los riesgos de seguridad nacional que representa el avance de la OTAN hacia el este.
A mediados de junio pasado, Putin formuló varias condiciones clave para iniciar las negociaciones de paz, en particular, que Ucrania retire las tropas de cuatro nuevos territorios rusos (Donetsk, Lugansk, Jersón y Zaporozhie), desista de adherirse a la OTAN y mantenga el estatus neutral, no alineado y no nuclear; y que además se levanten todas las sanciones contra Rusia. A su vez, Volodímir Zelenski, rechazó la propuesta, calificándola de ultimátum.