El pasado 22 de noviembre, la defensora del pueblo ruso, Tatiana Moskalkova, informó del regreso a Rusia de 46 residentes de Kursk que habían sido secuestrados por formaciones armadas ucranianas tras su incursión en la región en agosto pasado.
"Este tipo de acuerdos son el resultado de negociaciones muy difíciles", comentó Peskov ante la prensa, respondiendo a la pregunta de cómo el Kremlin recibió la noticia.
El vocero detalló que las negociaciones se desarrollaron y siguen realizándose "a través de ciertos canales" y subrayó que Rusia hace todo lo posible para que sus ciudadanos regresen al país.
Rusia continúa desde el 24 de febrero de 2022 una operación militar especial en Ucrania, cuyos objetivos son proteger a la población de un genocidio por parte del Gobierno de Kiev y atajar los riesgos de seguridad nacional que representa el avance de la OTAN hacia el este.
El pasado 6 de agosto, las tropas ucranianas iniciaron una incursión armada en la región de Kursk y ocuparon varias áreas. Desde el día 9 de ese mismo mes, la región vive una situación de emergencia a nivel federal.
Putin prometió "una digna respuesta" a la provocación de Kiev, al que acusó de disparar indiscriminadamente contra instalaciones civiles, y reafirmó que Rusia logrará todos los objetivos de su operación en Ucrania.
Presidenciales en Rumanía
El portavoz de la Presidencia rusa se mostró cauto sobre el perfil y perspectivas del político rumano Calin Georgescu, candidato independiente que, para sorpresa de todos, resultó el más votado en la primera vuelta de las presidenciales celebradas en Rumanía el 24 de noviembre.
"Me abstendría ahora de hacer pronósticos, más aún porque no podemos decir, probablemente, que conocemos bien la posición de ese candidato respecto a las relaciones con Rusia. Lo que sí tenemos claro es que, con el gobierno actual, Rumanía no es un país amistoso", indicó Peskov a los periodistas.
El portavoz agregó que el Kremlin seguirá la evolución del proceso electoral en Rumanía.
Con el 99,95% de las papeletas escrutadas, Georgescu logró el 22,95% en la primera vuelta (2.119.909 votos), seguido por la líder de la Unión para Salvar Rumanía (USR), Elena Lasconi, con el 19,17%, (1.770.859) y el primer ministro actual, Marcel Ciolacu con el 19,15% (1.769.167).
La segunda vuelta, prevista para el 8 de diciembre, determinará quién asumirá la presidencia para el próximo quinquenio.
Georgescu niega tener vínculos con Moscú, si bien confiesa sentirse "atraído por la cultura rusa", defiende que Rumanía debe "llevarse bien con todas las grandes potencias, China, Estados Unidos y Rusia", y ha declarado en más de una ocasión que la pertenencia a la OTAN y la Unión Europea no han proporcionado la debida protección a Bucarest.
Su eventual contendiente en el balotaje, Lasconi, es firme partidaria de mantener la cooperación con la Alianza Atlántica y EEUU.
Oriente Medio
Moscú desea que cesen los ataques contra objetivos civiles en Oriente Medio y que sus víctimas no sean civiles, señaló Peskov.
"Nos gustaría ver un cese de los ataques contra objetivos civiles y es muy importante que las víctimas de los ataques no sean civiles", expresó.
El vocero señaló que es importante garantizar canales más amplios para la entrega de ayuda humanitaria a Oriente Medio. Peskov enfatizó que en la Franja de Gaza se está produciendo una terrible crisis humanitaria, mientras que la situación en el Líbano también es de emergencia.
Anteriormente, las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) dijeron haber atacado 12 centros de mando del movimiento chií libanés Hizbulá cerca de Dahiyeh, un suburbio del sur de Beirut, ya que el movimiento tiene sus infraestructuras en el centro de zonas residenciales.
Hizbulá comenzó a disparar contra el norte de Israel hace ahora poco más de un año, en muestra de solidaridad con el movimiento palestino Hamás, que había emprendido su ataque contra comunidades israelíes el 7 de octubre de 2023.
En los últimos meses Israel escaló el conflicto armado, cruzando a principios de octubre la llamada Línea Azul y sosteniendo combates puntuales en el sur del territorio libanés contra la milicia.
Hizbulá, junto con el movimiento Hamás en la Franja de Gaza, las fuerzas hutíes del movimiento Ansarolá en Yemen y las milicias proiraníes de Irak y Siria, forma parte del llamado 'eje de resistencia' contra el Estado hebreo en Oriente Medio.
La incursión terrestre israelí sigue a dos oleadas de detonaciones de dispositivos de control remoto a lo largo del Líbano y una campaña de bombardeos aéreos para descabezar a Hizbulá, cuyo dirigente histórico, Hasán Nasralá, murió en un ataque con bombas antibúnkeres sobre un edificio residencial de Beirut, así como su sucesor. La capital libanesa no sufría bombardeos israelíes desde la guerra de 2006.
El Gobierno libanés cifra las bajas desde octubre del año pasado en más de 3.750 y los heridos en más de 15.620, sin diferenciar civiles de combatientes. Israel indica que ha matado a por lo menos 2.500 combatientes de Hizbulá. Los ataques de Hizbulá han matado a más de 100 civiles y soldados en el norte de Israel, los Altos del Golán ocupados por Israel y el sur del Líbano durante el último año, según Israel.
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