De acuerdo con el informe Puntos críticos del hambre (Hunger Hotspots), existen millones de personas habitantes de 22 países y territorios que enfrentarán un aumento en la inseguridad alimentaria gracias, en gran medida, a la extensión de los conflictos, sobre todo en Oriente Medio, así como a factores climáticos y económicos.
Según el informe, Palestina, Sudán, Sudán del Sur, Haití y Malí permanecen en el nivel de alerta más elevado y requieren la atención más urgente. Los conflictos son la principal causa del hambre en todas estas zonas. En todos los focos de máxima preocupación hay comunidades que ya se enfrentan a la hambruna o corren el riesgo de padecerla, o que se enfrentan a condiciones catastróficas de inseguridad alimentaria aguda.
Chad, Líbano, Myanmar, Mozambique, Nigeria, la República Árabe Siria y Yemen también son focos de gran preocupación, con un gran número de personas que se enfrentan a una inseguridad alimentaria aguda crítica, junto con factores que empeoran y que se espera que intensifiquen aún más las condiciones que ponen en peligro la vida en los próximos meses.
Desde la edición anterior del informe realizado por la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) y el Programa Mundial de Alimentos de las Naciones Unidas (PMA), en junio de 2024, Kenia, Lesoto, Namibia y Níger se han unido a la lista de focos de hambre, junto con Burkina Faso, Etiopía, Malawi, Somalia, Zambia y Zimbabue, donde es probable que la inseguridad alimentaria aguda se deteriore aún más durante el periodo de previsión.
"La situación en los cinco focos de hambre más preocupantes es catastrófica. La gente sufre una falta extrema de alimentos y se enfrenta a una hambruna duradera sin precedentes, alimentada por la escalada de los conflictos, las crisis climáticas y las crisis económicas", declaró QU Dongyu, Director General de la FAO.
El informe destaca que se necesita urgentemente un alto el fuego humanitario y restablecer el acceso y la disponibilidad de alimentos altamente nutritivos, incluyendo la reactivación de la producción local de alimentos, si se quiere salvar vidas y prevenir el hambre aguda y la desnutrición.
"En todo el mundo, los conflictos se intensifican, la inestabilidad económica aumenta y las catástrofes climáticas se están convirtiendo en la nueva norma. Con un apoyo político y financiero más eficaz, las organizaciones humanitarias pueden y seguirán aplicando soluciones probadas y ampliables para hacer frente al hambre y reducir las necesidades a largo plazo", aseguró Cindy McCain, directora ejecutiva del PMA.
Además se los conflictos, se prevé que los efectos del fenómeno meteorológico de La Niña, que afectará al clima mundial desde noviembre de 2024 hasta marzo de 2025, agraven aún más algunas de las crisis alimentarias. Es probable que La Niña provoque inundaciones devastadoras en países como Nigeria y Sudán del Sur, al tiempo que podría contribuir a la sequía en Somalia, Kenia y Etiopía.
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