"La OMS está profundamente preocupada por el impacto de la reciente escalada de violencia en el sistema sanitario del Líbano, incluido el aumento de los ataques contra trabajadores y centros sanitarios. Desde el 17 de septiembre se han registrado 16 ataques contra instalaciones sanitarias, que han causado 65 muertos y 40 heridos", dijo Clarke en una rueda de prensa en Ginebra.
Señaló que 96 centros de salud primaria y establecimientos de salud se vieron obligados a cerrar en el sur del país debido a la escalada de los combates, otros cinco hospitales ya no funcionan debido a daños en la infraestructura, además de cuatro hospitales fueron parcialmente evacuados.
Israel y el Líbano se encuentran en una guerra no declarada desde el 8 de octubre de 2023, cuando la milicia chií libanesa Hizbulá comenzó a lanzar misiles y drones suicidas hacia las comunidades del norte de Israel como gesto de solidaridad con el movimiento palestino Hamás tras su incursión armada en Israel, que, a su vez, respondió a cada ataque. Decenas de miles de israelíes residentes en el norte fueron desplazados a otras zonas del país.
Las acciones de ambos bandos han ido escalando, Israel ha eliminado a decenas de altos cargos de Hizbulá, incluido su líder, Hasán Nasralá, en los últimos dos meses, y se teme que el conflicto pueda convertirse en una guerra abierta o, incluso, una regional.
El pasado 1 de octubre Israel inició una invasión terrestre en el sur del Líbano tras fuertes bombardeos aéreos que han dejado hasta la fecha casi 2.000 muertos, entre ellos 127 niños y 261 mujeres, y unos 9.400 heridos, según el Ministerio de Salud libanés.
El Gobierno de Tel Aviv argumenta que busca crear condiciones para el retorno de 60.000 israelíes del norte del país, que fueron evacuados cuando hace un año Hizbulá comenzó a lanzar ataques en apoyo al movimiento palestino Hamás.