¿Un Oblómov en León? El gusto ruso de una librería española sortea prejuicios y cala en la clientela
10:13 GMT, 28 de agosto 2024
Yarisley Urrutia
Corresponsal
Una pequeña librería de libros usados, cuyo nombre homenajea a un antihéroe literario ruso, dinamiza la vida cultural de la capital leonesa y refleja el gusto por la lectura de la ciudadanía, que en España crece cinco puntos desde 2012. Su dueño, un enamorado de la literatura rusa, la abrió durante el apogeo de la rusofobia en España.
Lea en SputnikEn plena era de ventas online, de descargas de libro electrónico y de presencia aplastante de grandes cadenas de tiendas y distribución de libros, el negocio de un librero tradicional es poco menos que de riesgo. Si a esto le unimos que el hábito de la lectura como clave de ocio en España no siempre ha arrojado buenas cifras, el riesgo puede ser doble.
Pero todo esto es matizable. En la ciudad de León, situada al noroeste del país, un local de apenas 30 m² y sin escaparate se desenvuelve con normalidad y atrae la atención desde que se posa la mirada en su pictórico letrero: Libros Oblómov. El nombre de la librería es un homenaje al protagonista de una de las grandes novelas de la literatura rusa del siglo XIX, de título homónimo y escrita por Iván Goncharov. Y es también el reflejo de las predilecciones literarias de su dueño,
Felipe Ménguez, un enamorado y ávido lector de esta
parte vital de la literatura universal.
19 de marzo 2016, 13:27 GMT
"Hay gente que nos describe como románticos, por abrir un local en plena era de Internet", confiesa a Sputnik, preguntado por si no le infunde respeto la competencia a tantas bandas. Pero Libros Oblómov no es una librería al uso, sino una tienda de libros de segunda mano, un tipo de negocio "ajeno al fenómeno de Internet" o al menos no tan expuesto a él, como él mismo explica.
"Pero la competencia con Internet es enorme, así que también tenemos presencia ahí con nuestra página web y compaginamos las ventas físicas en la tienda con las online", añade.
Chiquito, pero matón
Con más de 3.000 volúmenes en sus estanterías y cajones, el local está surtido de casi todos los géneros, ya sea narrativa, arte, ensayo, teatro, divulgación científica o series infantil y juvenil. "Tenemos un poco de todo. Y como a mí me gusta mucho la literatura rusa, seleccionamos todo lo que podemos", precisa Ménguez.
Profesor interino de Filosofía en institutos de enseñanza secundaria por media España hasta que un buen día, harto de tanto destino itinerante, decidió dar rienda suelta a su pasión por los libros, Felipe Ménguez inauguró en 2022 su negocio, convencido de que había hueco para él, tras desaparecer el par de librerías de libros usados que había en León. "En un caso por jubilación del dueño y en otro por su fallecimiento", explica.
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Felipe Ménguez, en su establecimiento de libros usados Libros Oblómov.
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Obras de la literatura rusa en la librería Libros Oblómov
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Interior de librería Libros Oblómov
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Retratos de Franz Kafka, Antón Chéjov y Virginia Wolf
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Frontispicio y cartel de Libros Oblómov
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Edición francesa de Oblómov
"El local es pequeño y no tiene escaparate. Si lo piensas, es un poco loco. Pero nos lanzamos. ¿Y qué nombre le ponemos? Ya que no hay escaparate, había que poner un nombre que sea llamativo, para que la gente se quedara preguntándose qué es esto y pasaran adentro a preguntar", cuenta.
Y Oblómov fue el elegido. "Lo leí de joven y me marcó, el personaje es casi un antihéroe y la novela también es diferente, no es al uso de las novelas del XIX", explica este exdocente, que subraya un rasgo de la personalidad del personaje, que vincula con el propio hábito de leer:
"En este mundo tan dado a que todo tiene que ser producción, rendimiento y beneficio, Oblómov representa algo más dado a la ensoñación. Es un buen nombre para una librería, porque leer también representa eso; pararse y dedicar un tiempo a disfrutar de lo que me cuenta tal autor o tal libro. Es lo que decía el ensayista italiano Nuccio Ordine, cuando hablaba de 'la utilidad de lo inútil', cuando algo puede parecer muy inútil, pero en realidad es fundamental, como la lectura", explica Felipe Ménguez.
De resultas, clientes y curiosos preguntan quién es Oblómov, ese "hombre superfluo" y ejemplo de indolencia, una crítica a la pequeña nobleza y clase terraniente rusas en un momento concreto de su historia. Ante la recomendación de la obra, muchos clientes le encargan un ejemplar.
"Ya vendimos los que teníamos, la gente quería leer la novela y conocer al personaje", cuenta Ménguez, que asegura seguir recibiendo nuevos encargos de Oblómov: "Los que voy consiguiendo, los tengo ya apalabrados de inicio con los clientes".
El nombre del establecimiento y la vocación de su dueño creó "ilusión" en muchos clientes. "Para empezar, en las profesoras de ruso en la Universidad de León, que me dijeron que Oblómov fuera de Rusia no es tan conocido. A veces, mandan a sus alumnos a por algún libro de autores rusos, como Dostoyevski", afirma.
Indemne frente a la rusofobia
La librería abrió sus puertas el 18 de marzo de 2022, apenas un mes después del inicio del conflicto armado en Ucrania, cuando en España y en la UE ya se dejaba sentir cierta atmósfera rusofóbica, que se tradujo en la
cancelación y veto de muchas expresiones culturales y artísticas rusas a lo largo del país y otras muchas naciones.
"Ya teníamos todo encargado y el letrero puesto. Tuvimos un poco de miedo de que alguna gente no lo entendiera. Pero en nuestro caso
se entendió muy bien;
una cosa es la cultura y otra las vicisitudes políticas", sostiene este librero, que subraya no haber experimentado "ningún problema" en aquellos días.
"No hubo ninguna mala palabra; al revés, solo apoyo y muy buena aceptación. La gente entiende que nos gusta la literatura rusa, no tiene por qué haber ningún tipo de connotación. Para el profesorado ruso de la universidad fue un alivio ver que la gente de aquí también se acordaba de Rusia y del mundo de la cultura rusa en los momentos difíciles. La gente no mezcló cosas que no tienen por qué mezclarse", argumenta.
Preguntado por su autor ruso favorito, Ménguez responde sin vacilar: Antón Chéjov. "Tengo predilección por él", confiesa. "Me encantan incluso los menos conocidos, como Léskov, Lérmontov o el propio Goncharov. Pero los cuentos de Chéjov me parecen una maravilla. Toca muchos aspectos y lo hace con una ternura, una compresión y una compasión por el género humano, que es maravilloso, lo adoro. Más aún como narrador que como dramaturgo".
En las columnas, entre las estanterías de libros, cuelgan retratos de diversos escritores. "Al principio hicimos un concurso entre la gente para adivinar sus nombres, estuvo gracioso", explica. También enumera las iniciativas que organiza junto con sus clientes con motivo de diversas efemérides, ya sea el Día del Libro, Carnaval o incluso una cooperación con los vecinos Cines Van Gogh.
28 de enero 2020, 16:19 GMT
Una de ellas son los Cuadernos de Oblómov, publicación casera elaborada por escritores, periodistas y gente vinculada a la cultura local, todos ellos amigos personales de Ménguez. Por ejemplo, narradores y poetas locales, como Bruno Marcos y José Miguel López-Astilleros. "Son cuadernillos donde publican microrrelatos desinteresadamente, que regalamos con la compra de algún libro. Llevamos ya cinco o seis", detalla.
¿España es un país lector?
Pese a contar con grandes literatos a lo largo de toda su historia, la población española nunca se ha destacado por una gran afición lectora. Pero esa percepción, un tanto subjetiva y en buena parte producto de la comparación con otros países, a menudo es refutada por las estadísticas y las impresiones de los propios libreros.
En realidad, el porcentaje de españoles mayores de 14 años que leen libros se mantiene estable: alrededor del 68% en 2023. De esta cifra, un 64% lo hace por ocio en su tiempo libre y un 21% por trabajo o estudios. Así lo concluye el
estudio de
Hábitos de Lectura y Compra de Libros en España en 2023, elaborado por la Federación de Gremios de Editores de España (FGEE) en colaboración con el Ministerio de Cultura y el Centro Español de Derechos Reprográficos (CEDRO).
"Desde 2012, el número de lectores frecuentes, aquellos que leen a diario o todas las semanas, ha crecido un 4,8%, si bien se mantiene estable en los últimos años", escriben los autores del informe, al incidir en que la pandemia de COVID-19
propició un fuerte incremento de la lectura en España, tendencia que apenas se ha erosionado.
"El Barómetro de 2023 muestra la consolidación del importante incremento experimentado durante la pandemia y, especialmente, durante el confinamiento, que registró más de cinco puntos. Desde entonces, los índices han presentado una cierta estabilidad", comentó Daniel Fernández, presidente de la FGEE, durante la presentación del estudio a finales de enero.
Pero la estadística también arroja un dato inquietante, pues "el 35,9 % de los consultados afirma no leer nunca o casi nunca". Por otro lado, las mujeres leen más que los hombres en todas las franjas de edad, diferencia que alcanza su máximo (17,5 puntos) en el grupo comprendido entre los 25 y 34 años.
Los jóvenes, los más lectores
El precio de los libros nuevos es caro y a menudo vinculado al costo del papel, encarecido en los últimos tiempos. Pero bibliotecas, clubs de lectura, grandes librerías, librerías tradicionales y ferias de libros
siguen teniendo su público. Y los libros usados siempre son una solución económica para quien más lee.
"Aquí en León hay gente que lee mucho y se convierten en clientes habituales nuestros. No son una cantidad enorme, pero leen mucho", explica Felipe Ménguez, que basa la afluencia de jóvenes a su librería en la cercanía de un instituto de enseñanza secundaria. "Suelen comprar libros que son de lectura obligada en sus clases, pero también vuelven a por otros", cuenta.
1 de septiembre 2022, 05:18 GMT
En España, los jóvenes de edades comprendidas entre 14 y 24 años representan el tramo de población más lector: un 74%, según el estudio. Por regiones, Madrid es la más lectora (73,5%) y Extremadura la que menos, con un 54,4%. En cualquier caso, el informe de la FGEE destaca el crecimiento de 15,5 puntos porcentuales desde 2012 para la franja de población mayor de 65 años y ya alcanza el 53,7%.
"La gente mayor también entra en la librería", corrobora Ménguez, que recalca que, aparte de "bastantes lectores", la región leonesa es prolífica en "buenos escritores". Se refiere al gancho que entre el público local a buen seguro tiene el multipremiado
Luis Mateo Díez,
el último ganador del Premio Cervantes, el más prestigioso de las letras españolas. O autores de la talla de Julio Llamazares, Andrés Trapiello o Antonio Gamoneda, entre muchos otros.
Los españoles siguen comprando mayoritariamente sus libros en las librerías tradicionales. Hasta un 45% lo hicieron en 2023, frente al 46% en 2012. En ese espacio de tiempo, la preferencia por adquirirlos a través de Internet creció del 4% al 26%. "A la gente que lee, le gusta el papel. Y sigue siendo mucha", concluye Felipe Ménguez.
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