El exmilitar japonés arribó a Harbin, una provincia ubicada al noreste de China, en donde recorrió el edificio que fuera la sede de la temida Unidad 731, un grupo en el cual sirvió durante más de cuatro y meses, lapso durante el cual, dijo, fue testigo de los crímenes de guerra perpetrados por Japón.
Cultivo de patógenos, disecciones humanas y experimentos humanos son algunas de las actividades que la unidad japonesa realizó en Harbin, según el reporte de la agencia Xinhua citado por el Global Times.
"La guerra terminó hace 79 años y la mayoría de los miembros de la Unidad 731 han fallecido. Shimizu es el único miembro sobreviviente que está dispuesto a exponer públicamente los crímenes de la Unidad, y es probable que sea el último miembro de esta que regrese a Harbin", dijo Jin Chengmin, curador de la sala de exposiciones.
8 de agosto 2024, 01:59 GMT
Durante su visita, Shimizu aseveró que "en lugar de preocuparme por lo que los chinos me podrían hacer, temo que esos políticos japoneses prefieran verme muerto", señaló el veterano de hoy, 94 años, reporta Global Times.
Según un artículo publicado por el Diario del Pueblo, Shimizu se arrepintió de haber participado en la guerra bacteriológica y la experimentación humana llevada a cabo por la Unidad 731 y en 2016 reveló su identidad como exmiembro. Desde entonces comenzó a exponer las atrocidades cometidas por los nipones.
7 de agosto 2024, 19:07 GMT
Además de la experimentación humana, en vísperas de la rendición de Japón en agosto de 1945, la Unidad 731 hizo estallar cárceles y otras instalaciones, masacró a prisioneros y quemó sus cuerpos antes de huir de China para ocultar las pruebas de sus crímenes.
La Unidad 731 era una base de investigación de guerra química y biológica de alto secreto establecida en Harbin como el centro neurálgico de la guerra biológica japonesa en China y el sudeste asiático durante la Segunda Guerra Mundial.
Al menos 3.000 víctimas fueron utilizadas en experimentos humanos por la Unidad 731, mientras que más de 300.000 personas en China fueron asesinadas por las armas biológicas de Japón, según datos de Xinhua.
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