Volver al futuro
Cierra la puerta al salir. Fue lo que le habrá dicho Zelenski a Zaluzhni, tras agradecerle por sus servicios prestados y comunicarle que su decisión se fundaba en una presunta reconfiguración de la cúpula militar ucraniana, tras los fracasos militares en el frente. Inmediatamente se supo quién lo relevaría en el cargo: Olexandr Sirski.
Sobre Sirski precisamente escribió The Washington Post: el medio difundió que forma parte de "una arriesgada reorganización del liderazgo que probablemente será impopular entre las tropas, desgastadas por casi dos años de guerra".
Para el director del Instituto Español de Geopolítica, Juan Aguilar, "el escenario de la destitución de Zaluzhni era uno de los más probables, porque es un hombre más cercano a EEUU y Zelenski está sujetado a la cadena infernal de la política británica, cuya principal intención es incendiar a Europa en una guerra, donde ellos, como siempre, están en una isla separada".
Al observar qué hay de fondo en esta determinación de Zelenski, Aguilar la fundamenta en la guerra que hay entre las élites del Estado profundo de EEUU.
"Cuando Trump llegó a la presidencia norteamericana, para las élites, para el Estado profundo, era un paracaidista, una persona que no era de su 'banda', un intruso. En ese momento, de alguna forma, las élites se fracturaron entre quienes querían mantener el control sobre el Estado profundo norteamericano, y aquellos que veían que había que trasladarse. ¿Quién iba a seguir las políticas del Estado profundo en aquellos años de Trump? Pues tuvo que trasladarse a Londres, y ahí siguen. Y creo que más se va a intensificar, dada la perspectiva de que en las próximas elecciones norteamericanas, el poder vuelva a caer en las manos de Trump". De ahí, que Zelenski sigue al pie de la letra las instrucciones de las élites del Estado profundo con base en Londres, y no de Washington, donde radicaba el apoyo de Zaluzhni.