La firmeza de los agricultores
De momento, Bruselas es incapaz de calmar el descontento generalizado del sector agrícola: los productores franceses y europeos están indignados por las políticas europeas y el tsunami de productos baratos que inundan el mercado europeo.
Los trabajadores del campo advierten que en los últimos años su situación se ha resentido debido a importaciones que ejercen presión sobre los precios europeos, al mismo tiempo que eluden normativas medioambientales impuestas a los agricultores de la UE.
Las grandes ingentes provenientes de Ucrania, exentas de contingentes y aranceles desde el inicio del conflicto con Rusia, y la reanudación de las negociaciones para cerrar un acuerdo comercial entre la UE y el Mercosur, han exacerbado la insatisfacción ante la competencia que entienden como desleal y que afecta a diversos sectores, tales como el azucarero, el de los cereales y el cárnico.
"No se puede hablar de un bloque agrícola unitario con los mismos intereses", apunta al respecto el analista internacional Iñaki Gil de San Vicente. Sin embargo, el analista matiza que "todos ellos tienen varias reivindicaciones comunes, como son parar la llegada de productos del exterior, de otros continentes, o del Este de Europa".