En el marco de una nueva cumbre de jefes de Estado del Mercosur, desarrollada en la provincia argentina de Misiones, el presidente uruguayo, Luis Lacalle Pou, cuestionó el "inmovilismo" en la interna del bloque y cómo afecta negativamente al interés de Uruguay "por conseguir mercados".
El mandatario insistió en flexibilizar el Mercado Común del Sur (Mercosur, que integran Asunción, Montevideo, Buenos Aires y Brasilia) para permitir que sus miembros puedan firmar acuerdos bilaterales por fuera del bloque, un pedido que, aseguró, "no es caprichoso". El uruguayo, que reconoció que su petición ha tenido "muy poco eco", admitió que es esencial que los países negocien juntos, pero aseguró que Montevideo continuará ese camino por su cuenta.
Un día antes, en la cumbre de cancilleres, el ministro de Relaciones Exteriores uruguayo, Francisco Bustillo, aseguró que su país debe cuestionarse en algún momento "la clase de pertenencia al bloque" que busca tener. El diplomático sostuvo que Uruguay podría apostar por "modificar el propio tratado fundamental" o plantearse "la posibilidad de dejar el Mercosur en su condición de Estado fundacional y pasar a ser un Estado asociado".
La postura de Uruguay no es nueva. El Gobierno de Luis Lacalle Pou ha insistido en la necesidad de flexibilizar el Mercosur con el objetivo de poder negociar acuerdos bilaterales extrabloque, una iniciativa que supuso fuertes resistencias entre sus miembros.
El país más pequeño del bloque había volcado sus esfuerzos en concretar, unilateralmente, un Tratado de Libre Comercio con China. Sin embargo, finalmente el avance de los acuerdos dependerá del visto bueno de los miembros del Mercosur por iniciativa del gigante asiático.
En diálogo con Sputnik, el analista uruguayo y doctor en relaciones internacionales Ignacio Bartesaghi consideró que Uruguay está enviando un mensaje a los socios del Mercosur de que "ya no puede seguir sosteniendo la situación de inmovilidad del bloque".
"Quedarse encerrados en el Mercosur ya no es posible y seguir en un Mercosur estancado afecta la estrategia de desarrollo económico de Uruguay", planteó el especialista.
Bartesaghi coincidió con el canciller uruguayo en que el país se queda sin opciones en su reclamo y que, si no se logra la flexibilización o se reforman los tratados, "lo que queda es discutir cambiar la pertenencia de Uruguay en el Mercosur".
¿Más problemas que ventajas?
En contrasentido, la internacionalista uruguaya Nastasia Barceló consideró en diálogo con Sputnik que la idea de que Uruguay deje de ser un Estado fundacional del Mercosur para ser un país asociado es sumamente compleja y podría incluso perjudicar las relaciones bilaterales con Argentina y Brasil.
Barceló explicó que para modificar su estatus en el bloque, Uruguay debería primero denunciar el Tratado de Asunción de 1991, que constituyó el bloque, y luego que esa salida sea abordada por el Mercosur.
Otro problema vendría luego, ya que en caso de que Uruguay quiera convertirse en país asociado deberá solicitarlo formalmente a los demás integrantes y que se apruebe en los parlamentos de cada país en un nuevo escenario en que las relaciones con Argentina y Brasil "estarían bastante erosionadas".
Barceló también consideró que si bien el reclamo de mayor flexibilización por parte de Uruguay precede al Gobierno de Luis Lacalle Pou, el país ha ido quedando "aislado" en el pedido, especialmente tras la salida de Jair Bolsonaro de la presidencia de Brasil.
La experta recordó que el gigante sudamericano había dado cierto apoyo al pedido uruguayo en 2021, pero no volvió a secundar a Montevideo en las siguientes cumbres.
La internacionalista cuestionó además la idea de que una salida del Mercosur mejore la inserción internacional de Uruguay, cuando Brasil y Argentina están históricamente entre los principales socios comerciales del país. De hecho, en septiembre de 2022 Brasil desplazó a China como principal destino de las exportaciones uruguayas por primera vez en nueve años.
"Todas las exportaciones uruguayas con mayor valor agregado van a países del Mercosur y tienen trato preferencial. Más allá de la insistencia, creo que las bases del reclamo son poco consistentes", opinó Barceló.
En la misma línea, la experta recordó que Uruguay no ha logrado hacer avanzar las negociaciones por un tratado de libre comercio con China, el principal argumento uruguayo para reclamar la flexibilización. Es que el gigante asiático comunicó a Montevideo su preferencia por un acuerdo con todo el bloque y no solo con un país.
Barceló también destacó que el Mercosur ha logrado acuerdos comerciales con Chile y México, mientras avanza en negociaciones con India y Emiratos Árabes Unidos, por lo que "existe una agenda de relacionamiento externo que individualmente Uruguay no tendría".
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