Blinken
completó el 19 de junio una visita de dos días a China, donde mantuvo
conversaciones con el presidente Xi Jinping, el ministro de Exteriores, Qin Gang, y el jefe de la Oficina de la Comisión de Exteriores del Comité Central del Partido Comunista de China, Wang Yi.
Tras las reuniones, el secretario de Estado estadounidense reconoció que China y EEUU no habían llegado a un consenso sobre el establecimiento de una comunicación operativa entre militares en caso de crisis, y que se seguía trabajando en ello.
La visita de Blinken fue
el primer viaje del Secretario de Estado estadounidense a China en cinco años y se produjo en medio de un significativo deterioro de las relaciones Pekín-Washington por una serie de cuestiones, entre ellas
las tensiones en Taiwán, el incidente del
derribo de un globo chino sobre Estados Unidos y los continuos desacuerdos en los ámbitos comercial y tecnológico.
Washington es irresponsable de palabra y de hecho, afirma a Sputnik el director del Instituto Internacional de Estados Modernos, Alexéi Martínov. Subraya que para el secretario de Estado de Estados Unidos fueron las "imágenes" y el hecho mismo de reunirse con el mandatario chino lo que importó más que las palabras que pronunció durante las conversaciones.
Añade que Blinken "no es la persona más adecuada para negociar con China y con el presidente Xi".
"Hace tiempo que mantienen una relación deteriorada tras su conducta bastante grosera e incompetente en las negociaciones con China. Blinken ha cometido en varias ocasiones graves errores que han provocado una animadversión personal y una falta de aceptación de su persona como negociador", agrega el experto.
Martínov llama la atención sobre la afirmación de Blinken de que Pekín supuestamente aseguró a Washington que era imposible suministrar armas a Rusia para su uso en Ucrania. Según sus palabras, de esta forma Blinken "intentó salvar el borroso panorama de la visita a Pekín".
El viaje del secretario de Estado de EEUU a China no logró reducir la amenaza de una guerra por Taiwán, ya que Blinken no consiguió resultados significativos durante la visita, declara a Sputnik el exdiplomático estadounidense, Chas Freeman. Freeman fue el traductor jefe del presidente Richard Nixon durante su histórica visita a China en 1972, y más tarde embajador de Estados Unidos en Arabia Saudita.
Según sus palabras, el objetivo de Blinken durante su viaje no era reforzar las relaciones chino-estadounidenses, sino estabilizarlas después de que Washington y Pekín hubieran alcanzado un "nivel extremadamente pobre" de compromiso desde el inicio de la guerra económica entre Pekín y Washington hace cinco años. El experto cree que el Departamento de Estado ha hecho mínimos progresos en algunos frentes.
"El diálogo cortés es necesario para calmar las preocupaciones de aquellas naciones de la comunidad mundial que temen, con razón, las posibles consecuencias trágicas de los malentendidos entre Estados Unidos y China", declaró Freeman.
También subrayó que las conversaciones de Blinken cumplían este "estándar muy bajo".