Prueba de ello ha sido el terremoto del 19 de septiembre de 2017 en México y, en un caso más reciente, el que se registró el 6 de febrero de este 2023 en Siria y Turquía y que, hasta el momento, ha dejado más de 50.000 personas muertas.
Por esta razón, la cultura de protección civil a nivel mundial requiere contar con estrategias y tecnología adecuadas para atender este tipo de desastres naturales. Ya sea con ayuda de perros rescatistas, agrupaciones como los Topos o con el uso de aparatos como Live Locator.
Este último es un dispositivo empleado desde hace más de cinco años por CADENA AC, organización sin fines de lucro con presencia a nivel internacional y nacida en el 2005 en Israel, cuyo fin es brindar ayuda humanitaria en las zonas que lo necesíten.
En el 2008 fue fundada oficialmente la matriz operativa y ejecutiva CADENA México, un importante hub logístico y operativo para la organización. No solo se coordinan los diversos programas locales y mundiales, sino que México es una región en la que CADENA está perpetuamente en misiones, gracias al apoyo de la comunidad judía de México y la sociedad civil.
En caso de emergencias y siniestros como los terremotos, el equipo de búsqueda y rescate se encarga de apoyar a la brevedad. Este surgió en 2010.
"Es un [grupo] de respuesta inmediata. ¿Qué quiere decir? Es a lo que se dedican los rescatistas. Respondemos en las primeras 72 horas en la zona roja, que es donde ocurrió como tal el desastre. Son [regiones] de alto riesgo para que civiles o gente sin capacitación específica puedan entrar, hacer extracciones de personas o simplemente brindar ayuda y primeros auxilios", comenta la coordinadora del equipo en México, Orly Romano, en entrevista para Sputnik.
Capacitación y sensibilización
Para formar parte de este grupo de búsqueda y rescate es importante contar no solo con conocimientos en la materia; se requiere también estar capacitado y tener sensibilización emocional para actuar en situaciones de emergencia.
Orly Romano, coordinadora del equipo de Búsqueda y Rescate de CADENA AC, muestra el Live Locator y resto de materiales de ayuda.
© Sputnik / Alejandro Galindo
Es por esta razón que, dos veces por semana, se reúnen sus 20 integrantes para entrenar y analizar las distintas tácticas a seguir, esto bajo la supervisión de instructores capacitados a nivel nacional e internacional.
Los rescatistas son egresados de las academias de la organización establecidas tanto en México como en Israel y se prevé que, en los próximos dos meses, sean 50 en el grupo.
"El entrenamiento de nuestros rescatistas es integral, desde la parte de técnicas, de qué es lo que debes utilizar hasta el área psicosocial. Tenemos protocolos rígidos y estrictos sobre los cuidados personales y grupales del rescatista, incluso la atención que damos a víctimas y familiares. No somos psicólogos y no tenemos [especialistas en el área] dentro del grupo, pero hay un equipo de [terapeutas] profesionales que, de parte de CADENA, están totalmente al pendiente de nuestras intervenciones", detalla.
Romano agrega que en ocasiones los profesionales en salud mental los acompañan a las regiones afectadas por algún desastre para atender tanto a las personas del sitio como a la brigada. A esto se suma la reflexión posterior a las laborales que lleven a cabo en campo.
"Cuando se acaba el periodo operacional, todos nos sentamos a [hablar de] qué sucedió bien y qué estuvo mal para eliminar el sentimiento de impotencia de que no estamos haciendo todo lo que podemos. Ya una vez que se regresa a casa, empieza mucho más la parte emocional, que es cuando cada quien va a trabajar de forma grupal o individual, según sea su preferencia, todo lo que le tocó, lo que le movió y lo que le impactó de la situación. Al final, los desastres son algo traumático tanto para la gente local como para las personas que se enfrentan [a ellos] o quienes lo ven de lejos. Para todos es algo traumático", precisa.
¿Qué es Live Locator y cómo se emplea?
El desempeño de CADENA se realiza en conjunto con las autoridades del sitio donde ocurrió el desastre y con otras organizaciones sin fines de lucro, ya que, en palabras de la experta, "nunca vamos representando a un gobierno".
Otros de sus colaboradores son los representantes locales, es decir, la gente que vive en el sitio. "Ya sea para la entrega de insumos o para un rescate, no hay nadie que te pueda dar la información más certera que la persona que vive, que conoce a [la población] y su lugar", destaca.
Además de todas estas vertientes, los expertos utilizan desde hace más de un lustro una herramienta de búsqueda llamada Live Locator, modelo TRX. Este aparato, que funciona con baterías cuya duración aproximada es de seis horas, detecta con ondas de sonido el movimiento del pecho y las ventilaciones por minuto de una persona que se encuentra atrapada bajo los escombros.
"Se compone por dos partes: el localizador, que es el escáner que se coloca arriba de la estructura [colapsada], y una tablet, donde vamos recibiendo la información de lo que se está leyendo", menciona Romano.
Pero, aunque parece que puede utilizarse fácilmente, no es así. Se diseña una estrategia especial para que el trabajo sea preciso, y con ello, se salven más vidas.
Por ejemplo, se requiere conocer el momento exacto para colocar el dispositivo; las variables que pueden afectar en los inmuebles destruidos, como los materiales del que están construidos; cuerpos de agua; el uso de herramientas para ayudar a la gente, e incluso los otros rescatistas que estén en la zona roja.
El dispositivo Live Locator permite conocer si hay personas atrapadas bajo los escombros de edificios destruidos por sismos, principalmente.
© Sputnik / Alejandro Galindo
"Es muy importante que para poder emplear el [Live Locator] nos presentemos primero al comando de incidentes y explicarles las especificaciones de esta técnica, porque se requiere cortar toda corriente de agua que estés utilizando para cualquier motivo. Debes bajar a todos los rescatistas, perros y quienes estén sobre la estructura, para alejarles a una distancia mínima de 30 metros de donde se hará el escaneo y, posteriormente, entramos nosotros", narra la experta.
La velocidad con la que ejecuta esta acción dependerá de la complejidad de los escombros; pueden tardar desde 20 minutos hasta dos horas en hacer un escaneo.
"Un factor fundamental es entender el comportamiento de la población (…). Necesitamos entender que si el sismo fue a las tres de la mañana y la gente estaba dormida, ¿dónde va a estar normalmente en ese edificio?", expone.
"Normalmente estará en los cuartos o en las salidas de emergencia. Nuestros puntos focales pueden ser los pasillos, las recámaras, las escaleras. Traemos a una persona local que nos explique cuántas familias viven, si son hombres o mujeres y su edad, si sabe en dónde se ubican los dormitorios y, con base en eso, ver zonas de interés para colocar el dispositivo tecnológico de búsqueda", detalla.
¿Qué se puede observar al usar el escáner?
El dispositivo Live Locator mide alrededor de 50 centímetros y se puede manipular sin complicaciones porque no es pesado. Si bien requiere dos baterías, en situaciones de emergencias funciona solo con una.
Para obtener señal y que el escáner y la tablet sean útiles, es importante mover el primer aparato hacia arriba, de cara al cielo. Cuando ambos están "alineados", se encenderá un foco verde en el artilugio de mayor tamaño. Si la conexión se pierde, hay que reiniciar la lectura.
Otra de las especificaciones es que, aunque se coloque sobre una estructura colapsada, requiere que sea una parte plana del sitio (concreto o madera, preferentemente); si no, no tendrá una lectura correcta en el lugar. Se debe alejar de metales y agua porque impiden el buen funcionamiento del aparato.
28 de febrero 2023, 14:10 GMT
Una vez que empieza a revisar la zona, el escáner enviará mensajes a la tablet, en donde indicará a qué profundidad está atrapada la persona; su límite son 12 metros.
"No te dirá el punto exacto donde se encuentra. Lo que tenemos que hacer es que cuando tenemos una señal hay que mover el dispositivo de búsqueda a algunas otras áreas para poder empezar a triangular esta información. Si lo coloco en la parte de debajo de la estructura y me marca que está a dos metros, yo ya sé que, a partir del punto A son seis metros y del punto B, dos", explica.
"Así vamos marcándolo; se requieren, mínimo, cuatro o cinco lecturas para llegar a un punto estimado. La cantidad [de escaneos] que se hagan dependerá de la estructura y materiales que tengamos para colocarlo", especifica la coordinadora.
Para mostrar su funcionamiento, expuso una lectura de una persona que estaba atrapada bajo los escombros en Turquía.
"Por ejemplo, marcó durante más de dos minutos que la persona estaba respirando a una velocidad de 25 respiraciones por minuto, lo que es algo elevado para el promedio del humano o persona adulta, pero podemos asumir que posiblemente era un niño, que tienen la frecuencia ventilatoria más alta, pero no se sabe. En esas situaciones, el cuerpo se comporta distinto a la norma", expone.
Pero ¿cómo interpretar cada señal que se observa en la tablet? Romano comenta que esto depende de los colores y señales.
Si es gris significa interferencia y el amarillo muestra criterios que pueden ser una respiración o movimiento con cierto patrón. El rojo confirma la respiración de una persona; aunque no se mantenga de manera continua, es de interés para los rescatistas. En caso de que el dispositivo perciba movimiento, se verán cuadros negros.
23 de febrero 2023, 00:50 GMT
"También se puede encontrar vida a través del movimiento. Nosotros hacíamos un llama y escucha. Es una técnica que utilizamos para comunicarnos con la víctima y decirle, por ejemplo, 'señor, somos el equipo de búsqueda y rescate de CADENA. ¿Nos oye? Haga algún ruido, mueva el brazo' y, en este caso, si la señal coincidía con lo detectado por el dispositivo, nos apoyamos con el equipo canino", rememora.
Casos en los que se ha empleado
Romano comenta que los tres eventos más grandes donde se ha utilizado el escáner son los terremotos en México (2017), Haití (2021) y el que devastó en febrero de este año a Siria y Turquía.
El equipo de búsqueda y rescate de CADENA brindó apoyo durante una semana en las ciudades turcas de Hatay y Kahramanmarash, esto como célula de búsqueda, con el fin de agilizar sus labores.
La experiencia en estos sitios "rebasó la capacidad internacional. Había un sinfín de edificios en los que no se estaban trabajando porque no había manos ni equipos suficientes".
Sin embargo, se enfocaron en revisar inmuebles que parecían abandonados o aquellos donde las familias aseguraban que estaban sus seres queridos. Cuando eso ocurría, "llamábamos al comando y se enviaba un equipo de rescate para trabajar en esa zona".
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