Así lo consideró el parlamentario alemán de izquierda Klaus Ernst en un artículo de opinión originalmente publicado en el Berliner Zeitung (el periódico berlinés, en español), el 15 de agosto.
El legislador preside la comisión de energía del Bundestag y declaró en la publicación que ni la ciudadanía ni la industria alemanas sobrevivirán al invierno de 2022 sin afectaciones, además de ligar la inflación principalmente al aumento de los precios de los energéticos.
Una gran recesión es inminente, pues las sanciones energéticas contra Rusia, que no tomaron en cuenta acuerdos y contratos, están generando un bache económico, apuntó Ernst.
Si bien, respaldó la expansión de energías renovables y la diversificación de importaciones energéticas, consideró que poner en peligro el suministro energético de la economía más fuerte de Europa es hacerse un harakiri, pues daña a la ciudadanía y a la industria alemanas y no representa un apoyo real para Ucrania en ningún sentido.
Las sanciones fueron implementadas por la Unión Europea contra energéticos rusos como el petróleo, el gas natural y el carbón, con miras a debilitar las finanzas de Moscú a manera de represalia por la operación militar especial que inició el presidente Vladímir Putin en Ucrania desde febrero de 2022.
Las medidas, sin embargo, calificó el parlamentario alemán, benefician a Rusia, pues como exportador de energía recibe más ingresos ante el aumento de los precios de los energéticos, mientras diversifica sus ventas en India y China.
El superávit de Rusia se triplicó en la primera mitad de 2022, en comparación con el mismo periodo del año anterior, por lo que no se puede esperar que el conflicto entre Moscú y Kiev termine antes a causa de las sanciones europeas, escribió Ernst.
Las gestiones del Ministerio de Economía de Alemania para reemplazar en breve el suministro de gas y petróleo rusos también resultaron infructuosas, apuntó el parlamentario, pues las primeras entregas se alcanzarán en el mejor de los casos a partir de 2024.
Sin alternativas reales de sustitución, agregó, las consecuencias son dramáticas para los trabajadores alemanes y para los suministros energéticos de Alemania oriental.
Y aunque se multiplique la actividad de centrales nucleares y centrales térmicas de carbón, su fuerza energética no es suficiente para reemplazar las fuentes rusas, reconoció el legislador, además de generar impactos en materia climática.
Así, Ernst llamó a que el Gobierno alemán entre en conversación directa con Rusia, pues romper los tratados con Moscú resulta políticamente estúpido mientras al mismo tiempo se espera que el país euroasiático sí cumpla con su parte de los acuerdos.
El gasoducto Nord Stream 2, manifestó el parlamentario en su artículo de opinión, no debe ser un tabú, pues será necesaria la energía fósil a precios razonables durante mucho tiempo.
Llegar a acuerdos con Rusia, propuso, podría estabilizar el suministro de energía y, en consecuencia, estabilizar los precios de los energéticos, de cara a la aproximación del invierno, además de que establecer tal enlace no significaría una afectación para Ucrania.
17 de agosto 2022, 16:06 GMT