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Los italianos adoran la pizza más que antes, pero las pizzerías denuncian pérdidas

ROMA (Sputnik) — El 17 de enero las pizzerías italianas celebran el Día Mundial de la Pizza con un toque de tristeza, al reportar una caída de ventas de unos 2.500 millones de euros en 2021 por las restricciones anti-COVID.
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Más pizza durante la pandemia

El 17 de enero se celebra el día de la pizza, quizás, el plato más emblemático de la cocina italiana conocido en el mundo entero. El papel de la pizza en la cultura italiana e internacional fue incluso reconocido por la UNESCO que en 2017 la declaró Patrimonio Inmaterial de la Humanidad.
Lógicamente, los italianos que cada año se comen una media de 7,6 kilogramos de pizza per cápita son los mayores consumidores en Europa, pero a nivel mundial ceden el primer puesto a los norteamericanos con sus 13 kilogramos por persona.
A primera vista, los rigores de la pandemia no alteraron el amor de los italianos por la pizza. Al contrario, según un estudio realizado por la productora de quesos Galbani Santa Lucia, si en 2019 en un hogar italiano medio se preparaban 1,9 pizzas al mes, con el confinamiento y otras restricciones impuestas el año siguiente esa cifra llegó a 2,9.
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A su vez, la empresa de entrega rápida de comida Deliveroo anunció que con las pizzas que entregó a los italianos en 2020 se podría cubrir una superficie de 135.000 metros cuadrados, equivalente a 20 campos de fútbol.

Tiempos duros para las pizzerías

Con todo este amor por la pizza no es de extrañar que el país mediterráneo cuente con 63.000 pizzerías que dan trabajo a unas 200.000 personas. Sin embargo, si la pizza sigue siendo uno de los platos más amados entre los Alpes y el mar Iónico, las pizzerías viven tiempos difíciles.
La Confederación Nacional de Cultivadores Directos (Coldiretti) calculó que en 2021 las pizzerías sufrieron un bajón de ingresos de unos 2.500 millones de euros, respecto a los tiempos prepandémicos. La causa más evidente son las restricciones anticovid que fueron particularmente duras en los primeros meses del año pasado. Pero también produjo un fuerte impacto la reducción del número los turistas extranjeros.
Además, durante las fiestas navideñas, las cuales, para el sector de restauración, suelen ser uno de los períodos más lucrativos, las pizzerías tuvieron que enfrentarse con las consecuencias de la variante ómicron.
No se trata solo de nuevas restricciones, impuestas por las autoridades. Se estima que durante el período navideño la última oleada del coronavirus, que aún no ha terminado, mandó en cuarentena a unos 10 millones de italianos (un sexto de la población total), que dieron positivo a la prueba de covid-19 o estuvieron en contacto con un enfermo.

"Claro que en 2020 estuvimos aún peor, pero esta Navidad también fue dura", comenta Antonio, empleado de una pizzería en la ciudad de Marino [provincia de Roma], a la agencia Sputnik. "Hubo bastante menos gente en comparación con los tiempos precovid. Para nosotros es difícil seguir así, ojalá este año la pandemia acabe", dice con melancolía.

Impacto para un sector entero

Por supuesto, las pizzerías también ofrecen a sus clientes la entrega a domicilio, pero eso no basta para cubrir las pérdidas. Y no son sólo los restauradores los que sufren el impacto, sino todas las empresas que les suministran los productos.
Cada año para preparar pizzas en Italia se utilizan 400.000 toneladas de harina, 225.000 toneladas de mozzarella, 30.000 toneladas de aceite de oliva y 260.000 toneladas de salsa de tomate. A eso también se añade a eso todo el vino y la cerveza que normalmente se consumen en las pizzerías, con lo cual resulta que la reducción del número de clientes se repercute en una buena parte del sector agroalimentario.
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Algunos virólogos tratan de animar la población italiana, afirmando que, con la campaña de vacunación masiva y la rápida propagación de la variante ómicron, más contagiosa, pero menos virulenta, en primavera la pandemia terminará de manera natural. Seguramente los propietarios de las pizzerías están entre los que más lo desean. Si efectivamente para junio el país se libera de la plaga del coronavirus, durante la temporada estival podrán recuperar, por lo menos en parte, las duras pérdidas de los últimos dos años.
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