Peregrinar por farmacias, haciendo largas filas en cada una de ellas, se ha vuelto una pérdida de tiempo cada vez más frecuente para familiares de enfermos de COVID-19 que terminan muchas veces frustrados porque los fármacos requeridos no están disponibles o tienen precios inaccesibles.
"Es una solución, al menos un alivio, porque los sistemas regulares de servicios médicos y provisión de medicamentos y otros productos para enfrentar la pandemia no abastecen, están en algunos casos tan descontrolados como el mismo mercado negro", dijo Fernando Pérez, presidente de una asociación de familiares de enfermos de COVID-19, en diálogo con Sputnik.
La agrupación que representa Pérez reúne principalmente a allegados a pacientes de COVID-19 en el principal hospital público de La Paz y es una de varias asociaciones con igual fin que suelen presentar quejas a las autoridades u organizar actividades de solidaridad.
Escasez
La escasez de los pocos productos identificados como efectivos, al menos parcialmente, para combatir al COVID-19 fue admitida por empresarios farmacéuticos, atrapados entre los compradores y las grandes empresas fabricantes o importadoras de fármacos.
"En las farmacias no hay Remdesivir, Midazolam o Enoxaparina. Los proveedores dicen que no hay stock; sin embargo, en las redes sociales sí hay a precios altos y en cantidad. ¿De dónde salen? del contrabando", dijo la representante de la Asociación de Propietarios de Farmacias La Paz, María Tórrez, al diario local Página Siete.
Según el presidente de los familiares de enfermos, no todo provendría del contrabando sino de redes irregulares de comercialización que "desvían" al mercado negro inclusive medicamentos de industria nacional.
Pérez afirmó que conseguir una cama de hospital puede no ser la dificultad mayor, pues cuando se lo logra "empieza el correteo para conseguir todo lo que piden los médicos y los hospitales casi no tienen", desde remedios hasta insumos básicos como máscaras de oxígeno, a veces inclusive oxígeno.
Oferta abierta
"Llegó Remdesivir, venta solo por ampolla, Bs4.000 la unidad", es uno de varios avisos publicados en redes sociales como Facebook y WhatsApp ofreciendo uno de los medicamentos más buscados en estos días de pandemia.
El precio de 4.000 bolivianos (575 dólares) casi triplica el máximo establecido por la Agencia Estatal de Medicamentos (Agemed), que regula el mercado de fármacos aunque no tiene capacidad de asegurar una oferta legal suficiente. En algunos casos, el precio del mercado es hasta seis veces el oficial.
"Tengo 22 unidades disponibles, a 4.000 cada una si compra todas, o a 5.000 si compra solo una. Las conseguí del extranjero pero ya no las necesito porque mi padre murió", dijo a Sputnik, sin identificarse, una mujer que atendió el teléfono anotado en un mensaje retransmitido varias veces por WhatsApp.
Otra familia relató que al trasladar a un pariente de un hospital de segundo nivel a otro que tiene terapia intensiva les entregaron en el primer establecimiento una bolsa de plástico con "más de 30 ampollas" no utilizadas.
"Nos ha costado mucho comprar esos medicamentos, suponíamos que nuestra familiar estaba en tratamiento pero nos han devuelto todo lo que debían haberle colocado. Uno ya no sabe qué pensar de esto", dijo Ramiro Vilte, uno de los parientes de la enferma.
También es frecuente encontrar en las redes, entre las muchas referencias de potenciales proveedores de medicamentos escasos para la COVID-19, a personal de empresas distribuidoras legales, que según normas vigentes solo deberían proveer a las farmacias y no directamente al público.
Hay además ofertas de fármacos al por mayor, en contenedores que pueden incluir docenas de unidades, inclusive "gruesas" o docenas de docenas si se trata de productos pequeños.
"Importadora ofrece Midazolam y Remdesivir recién llegados de Europa…", "Azitro de Argentina solo por cajas…", "Últimas cajas de Ivermectina, llamar…", son algunos avisos en Facebook a los que acuden personas desesperadas por medicamentos.
El oxígeno medicinal se ha convertido desde principios de enero, a medida que avanzaba el rebrote de la pandemia, en otro producto estrella del mercado negro, y el Viceministerio de Defensa del Consumidor lanzó una campaña que lo hizo desaparecer fugazmente de las redes, hasta que volvió mucho más caro.
A domicilio
Según Pérez, el mercado negro de fármacos e insumos médicos contra el COVID-19 está en constante crecimiento en las redes sociales porque tiene vías de distribución a domicilio que resultan fácil de identificar pero difíciles de frenar porque gozan del apoyo de vecinos de toda condición social.
"¿Quién no conoce de cerca a alguna persona o familia que está disputa a pagar lo que sea, incluso endeudándose o vendiendo sus bienes, para conseguir un medicamento que no se encuentra en las farmacias? Esta es la oportunidad que aprovecha el mercado negro", sostuvo Pérez.
Explicó además que los proveedores clandestinos de fármacos e insumos entregan regularmente sus productos a domicilio, muchos no emiten factura o nota fiscal y se benefician del agradecimiento cómplice de los compradores, "que de ese modo evitan además salir a la calle a comprar con riesgo de contagio".
Un parecido mercado de alimentos básicos e insumos de hogar floreció también durante la primera ola de la pandemia en 2020.