Pinto promovió el 14 de enero la iniciativa de llamar varias calles de la ciudad en honor de personas que hicieron un aporte a la lucha por los valores democráticos.
"Jamal Khashoggi, que colaboraba con el periódico The Washington Post y residía en Washington, fue asesinado por agentes del Gobierno del Reino de Arabia Saudí en 2018 en el consulado de su país en Estambul. Con su trabajo como periodista, Khashoggi luchó vehemente por la democracia, los derechos humanos y la supremacía de la ley", declaró Pinto.
Según ella, la rebautización de la calle donde se sitúa la Embajada de Arabia Saudí será un testimonio de que los habitantes de Washington apoyan a los medios de comunicación libres e independientes y recordará a los visitantes de la Embajada la osadía de Khashoggi.
La decisión de rebautizar calles la toma el consejo urbano de Washington.
Según el portal DCist, los habitantes de la ciudad se dirigieron en 2018 a este organismo pidiendo poner a la calle en cuestión el nombre del periodista saudí, tras haber reunido más de 9.000 firmas. Pero su solicitud no se satisfizo, porque la ley estadounidense prohíbe poner a cualquier lugar del espacio urbano el nombre de una persona que murió hace menos de dos años.
Jamal Khashoggi, columnista de The Washington Post conocido por sus críticas a las autoridades saudíes, fue visto con vida por última vez el 2 de octubre de 2018, cuando entró en el consulado de su país en Estambul.
Mientras el consulado insistía en que el periodista había salido de la sede diplomática, el diario estadounidense afirmó, citando fuentes propias, que en realidad fue torturado, asesinado y descuartizado.
Ante numerosas denuncias y críticas internacionales, Riad admitió que Khashoggi fue asesinado y acusó de su muerte a varios agentes de inteligencia saudí que debían repatriarlo, pero habrían "abusado de sus poderes".
La policía turca no logró encontrar el cuerpo del periodista.
Medios árabes promovieron versiones de que el crimen fue ordenado por el príncipe heredero saudí Mohammad bin Salman, que había sido blanco de críticas de Khashoggi. Pero la Cancillería del reino declaró en repetidas ocasiones que el príncipe heredero de la corona no tenía nada que ver con ese crimen.