"Especialistas de la Fundación Getúlio Vargas (FGV) y del Instituto de Investigación Económica Aplicada [IPEA, por su sigla en portugués] estiman que la pandemia va a revertir la tendencia observada en las últimas décadas, el brasileño perderá por lo menos un año de expectativa de vida, pudiendo llegar hasta a dos años", señala el periódico Estadao.
En noviembre de 2020, la expectativa al nacer era de 76,6 años, aumentando a un promedio de un año cada tres.
Sin embargo, los expertos aseguran que con el COVID-19 esa cifra disminuirá por primera vez en 80 años.
"El número de muertos ha sido tan grande que tiene un gran impacto sobre la expectativa de vida. El número de muertos equivale a cuatro veces las tasas anuales de homicidios en Brasil y por eso tiene ese efecto demográfico gigantesco", dijo el economista Marcelo Neri, director de la FGV Social.
Desde el inicio de la pandemia, Brasil registra 7.484.285 casos de COVID-19 y 191.139 fallecimientos por esta causa, según datos publicados el domingo 27 por el Ministerio de Salud.
Criminalidad
Reducción de los crímenes patrimoniales, incremento de la violencia contra la mujer y una actividad sostenida del crimen organizado son algunas de las características mas llamativas de la criminalidad en Brasil a partir de la llegada del COVID-19, según un informe publicado por el periódico Estadao.
"Para el pequeño traficante la pandemia tuvo un impacto, ya que hay menos personas en las calles y eso vale también para el pequeño robo o el hurto, pero los grandes negocios criminales continuaron funcionando y la pandemia no los afectó tanto", dijo la jueza Ivana David, del Tribunal de Justicia de Sao Paulo (este) a la publicación.
Según el informe, los crímenes patrimoniales "sufrieron una sensible caída frente a las restricciones de circulación en las ciudades" y los expertos estiman que ante el retorno a las actividades, los robos y hurtos vuelvan a subir.
En lo que refiere a la violencia contra la mujer, los datos no arrojan un incremento en delitos como las violaciones, pero los especialistas "creen que eso puede estar influenciado por una mayor dificultad para la denuncia".
Respecto al crimen organizado y el tráfico de drogas, "los impactos son diferentes según el grado de la organización", reduciendo el accionar de los pequeños traficantes por la caída en la demanda, pero manteniendo la actuación de las organizaciones con mayor estructura.
En homicidios, en el primer semestre el país registró 25.712 muertes violentas, 7,1% más que en el mismo periodo de 2019, un incremento que invierte la tendencia a la caída récord del año pasado.