"La Tarea Ordenamiento no constituye la solución mágica a todos los problemas de la economía, pero permitirá avanzar de manera más sólida, ante un contexto marcado por la crisis económica internacional, la COVID-19 y los efectos del bloqueo [de EEUU]", comentó el mandatario cubano durante una breve transmisión que encadenó a todo el servicio nacional de radio y televisión.
Díaz argumentó que en la nueva estrategia económica y social para el impulso de la economía aprobada este año, se ratifica "el ordenamiento monetario como uno de los componentes fundamentales que resulta de trascendental importancia y tiene un impacto transversal en toda la economía".
Desde 1994, en Cuba circulan dos monedas, una de ellas el CUP o peso cubano, y el CUC o moneda convertible, cuyo valor es 25 veces más alta que el CUP, y equivalente (en teoría), al dólar estadounidense.
Esta dualidad monetaria fue parte de una política financiera establecida hace 26 años, como consecuencia del derrumbe del campo socialista, la desintegración de la Unión Soviética (principal proveedor comercial de Cuba en esa época), acontecimientos que provocaron una aguda crisis económica que sacudió a la isla, y que llegó a ver reducido su Producto Interno Bruto (PIB) en un 35 %.
En su intervención, el presidente Díaz-Canel subrayó que la tarea no está exenta de riesgos, y uno de ellos es que se produzca una inflación mayor que la diseñada, debido al déficit de ofertas.
"Los precios abusivos y especulativos no se permitirán. Se enfrentarán socialmente con medidas de contención y severas sanciones para los incumplidores", enfatizó el mandatario cubano.
La tasa de cambio a partir del 1 de enero de 2021 será de 24 pesos cubanos por cada dólar estadounidense.
Según el presidente de la isla, el ordenamiento monetario también crea las condiciones para que el sistema empresarial pueda reaccionar positivamente incrementando los beneficios para todos sus trabajadores y para la sociedad.