"Me voy apenado, me voy con el corazón en la mano, llevándome también en la memoria y en mi corazón todo, a Rusia entera, en todo lo que he conocido y lo que creo que representa", expresó el experimentado diplomático.
Prado confesó que el trabajo en Rusia ha sido "un desafío político muy grande".
Primeras impresiones
Cuando uno viene a Rusia, según Prado, viene con una idea occidental preconcebida, y reconoció "no haber sido la excepción".
"Me acuerdo, mi esposa y yo llegamos a este país en marzo, el 15 de marzo de 2015, y todo estaba cubierto de nieve. Por donde íbamos, nieve. Y claro, nosotros en Ecuador no tenemos nieve, salvo en las montañas. El miedo a caminar, a caerse, a resbalarse, eso era una cosa que nos chocaba", relató.
"Pero aprendimos a valorar más a la gente rusa, porque lo que nos decían del ruso, que era una persona seca, una persona hostil, una persona que no ayuda, es mentira, una mentira que creo que fue elaborada por este antirruso que existía desde tiempos de la Unión Soviética y que se fue quedando y no se ha ido totalmente", destacó.
El embajador comentó que durante su estadía en Rusia se ha "topado con personas muy amables que nos han hecho ver que eso de la frialdad rusa no es cierto".
"Cuando hemos estado perdidos, nos han llevado prácticamente de la mano para ir por el buen camino, nos han ayudado con la traducción y, así no sepan inglés, han procurado hacernos entender y ellos de entendernos con mucha paciencia lo que queríamos", dijo Prado.
Esas experiencias, señaló, "son una muestra palpable de que el ruso es una persona muy amable, muy cordial, muy simpática y que da mucha cooperación y colaboración".
Dificultad del ruso
El embajador Prado confesó que se va del país "sin aprender el idioma ruso".
Al reconocer que el aprendizaje del ruso se le queda una "materia pendiente", resaltó que aprendió a "valorar a la gente", lo que "es más importante".
"Me voy agradecido justamente por eso con Rusia, porque me ha dado la posibilidad de enriquecerme en lo político y lo profesional", declaró.
Agregó que, también en lo cultural, ha tenido la posibilidad de "ver artistas, obras teatrales, óperas, todo eso que no hubiese podido si no estuviese aquí".
"Creo que mi esposa y yo hemos podido aprovechar al máximo todo lo que Rusia ofrece y de eso estamos tremendamente agradecidos. Somos una pareja que llegamos con mucha ilusión de muchas cosas en Rusia y nos vamos llenos de Rusia. Nos vamos llenos de amor, llenos de recuerdo y llenos de mucho agradecimiento a Rusia por todo", concluyó.