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'Comandante Uriel': quién era el integrante del ELN abatido por el Gobierno colombiano

Antes de ser abatido por el Ejército colombiano, Andrés Felipe Vanegas Londoño —alias 'Uriel'— se había consolidado como uno de los referentes del Frente Occidental del Ejército de Liberación Nacional. Era considerado un "intelectual" que utilizaba internet y las redes sociales para captar jóvenes para las células urbanas.
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"Quiero informar al país que el día de hoy se adelantó la Operación Odín, operación en la cual fue abatido el terrorista Andrés Felipe Vanegas Londoño, que utilizaba el alias de Uriel", anunció el presidente de Colombia, Iván Duque, en una conferencia de prensa desde la ciudad de Quibdó.

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Las palabras de Duque, que se dirigió al país junto al ministro de Defensa, Carlos Holmes Trujillo, y el fiscal general de la Nación, Francisco Barbosa, confirmaban la muerte de uno de los integrantes del Ejército de Liberación Nacional (ELN) al que el Gobierno consideraba un "cabecilla" de la organización en el departamento de Chocó.

Uriel, como se hacía llamar, estaba considerado como el tercero al mando del Frente de Guerra Occidental del ELN, que tenía influencia en los departamentos de Chocó y Risaralda, en la zona occidental del país. El guerrillero había nacido hace 42 años en el departamento de Antioquia pero se había asentado en un campamento del ELN en la zona rural de Nóvita, en Chocó, donde acabaría siendo abatido por el Ejército colombiano.

El Ministerio de Defensa colombiano considera que Uriel tenía "25 años de trayectoria delictiva en el ELN" y que, además de liderar el Frente Occidental, "tenía línea directa con Pablo Beltrán, integrante del Comando Central del ELN".

La inteligencia colombiana consideraba a Uriel como un activo usuario de redes sociales e internet, herramientas que utilizaba "como plataforma mediática nacional e internacional para difundir las acciones criminales, planteamientos y propaganda de esta organización terrorista".

El ahora fallecido tenía entre sus principales actividades el reclutamiento de jóvenes para la guerrilla, en general a través de redes sociales. Informes de inteligencia recogidos por el diario El Tiempo dan cuenta de que Uriel lideraba estructuras clandestinas conocidas como "Colectivos virtuales de estudio y trabajo revolucionarios" a través de los cuales captaba jóvenes universitarios para sumarse a la guerrilla.

Según el diario, la estructura de captación encabezada por Uriel incluso manejaba un sistema de "becas", ya que pagaban regularmente a los jóvenes que ingresaban a la guerrilla para que formaran "células urbanas" clave para emprender acciones contra sedes y locales de la Policía y el Ejército de Colombia.

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Uriel buscaba inspirar a los jóvenes reclutados con su propia experiencia personal, ya que se presentaba como un integrante "intelectual" del ELN y surgido dentro de la "burguesía". Según los reportes de inteligencia, llegó a estudiar ingeniería electrónica en Medellín, antes de pasar a la clandestinidad. Se había iniciado en la guerrilla en el año 2000 en la red urbana Martha Elena Barón, que operaba en el departamento de Arauca. Cinco años más tarde se incorporó al frente Cacique Calarcá del Frente Occidental.

Su importancia dentro del Frente Occidental lo llevó a ser uno de los referentes de las voces que desde la interna del ELN rechazaban los acuerdos de paz ofrecidos por el Gobierno de Colombia durante la gestión de Juan Manuel Santos (2010-2018).

Uriel había sido uno de los guerrilleros consultados para una crónica del portal Insight Crime en 2018, en la cual el ahora fallecido manifestaba sus reparos con la "paz neoliberal" ofrecida por el Gobierno y sostenía que el ELN continuaría existiendo a menos que hubiera un verdadero cambio social. "Si quieren librarse de la guerrilla, deben librarse de las razones por las que existimos", decía.

El nombre de Uriel había salido a la luz con fuerza en septiembre, cuando su voz protagonizó un audio viral en el cual llamaba a acabar con los "centros de tortura y muerte llamados CAI (Centros de Asistencia Inmediata)" de la capital colombiana. Se trata de centros de la Policía de Colombia ubicados en zonas periféricas de las ciudades, creados en 1987 como forma de "acercar" a la Policía a esas comunidades.

Más de cincuenta de estos centros fueron vandalizados durante las movilizaciones sociales que se registraron en Bogotá en septiembre. En el audio difundido, Uriel saludaba las movilizaciones y aseguraba que la "militancia urbana" del ELN había participado de las marchas.

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Pero para el Ministerio de Defensa había un delito más grave que pesaba sobre los hombros de Uriel: el haber sido uno de los autores del atentado contra la Escuela de Cadetes de Policía General Santander el 17 de enero de 2019. En esa oportunidad, un hombre irrumpió con una camioneta en la sede policial para luego detonar una bomba que llevaba en su vehículo. El atentado suicida dejó un saldo de 23 muertos, entre agentes y el perpetrador.

Por esos antecedentes, pesaba sobre Uriel una orden de captura por homicidio agravado, secuestro agravado y rebelión. Según el Ministerio de Defensa, "era uno de los objetivos de alto valor de las autoridades" e incluso había una recompensa de 500 millones de pesos (unos 1.300 dólares).

Uriel encontró la muerte en un campamento del Frente Occidental en un campamento cercano al río Sipí que integraba una red de campamentos por los que el guerrillero solía moverse. El asentamiento en el que finalmente fue ubicado, según describió El Tiempo, se alimentaba de energía con paneles solares y tenía una antena de internet, fundamental para las actividades de Uriel en las redes.

El campamento también contaba con armas de guerra. El propio guerrillero era protegido por un anillo de seguridad conformado por 15 hombres.

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