Al parecer, hace unos 400.000 año, los homínidos de la cueva de Qesem, en el centro de Israel, no solo asaban su caza en el fuego, sino que también calentaban pedernales para modificar su forma y poder manipularlos, según indica un nuevo artículo publicado en Nature Human Behavior por un equipo pluridisciplinario de investigadores israelíes.
"Es más, los homínidos debían de haber estado calentando piedras intencionadamente a diferentes temperaturas para fabricar distintos tipos de herramientas, demostrando habilidades que se consideraban exclusivas de los inteligentes Homo sapiens", dijo a Sputnik el arqueólogo Aviad Agam, director del estudio de la Universidad de Tel Aviv.
Agam, junto con Ido Azuri, Iddo Pinkas y Filipe Natalio del Instituto científico Weitzmann, y Avi Gopher, de la Universidad de Tel Aviv, se basó en las herramientas encontradas en la cueva de Qesem, que estuvo habitada desde hace 420.000 años hasta hace unos 200.000 años. La cueva está siendo investigada por el profesor Gopher desde el año 2000.
¿Quiénes eran aquellos homínidos?
"No lo sabemos exactamente, pero por los dientes que encontramos en la cueva, unos 14, podemos decir qué no son", indicó el arqueólogo: "No eran Homo erectus, y sus dientes presentaban características de homínidos modernos o Neandertales. Eran individuos diferentes de lo que había antes".
Hay muy pocos restos humanos en el moderno Israel de la época de entre 420.000 y 200.000 años, uno de los pocos es el resto de una calavera, de la que los investigadores dicen que son restos de "el hombre de Galilea". Esto no quiere decir mucho, tan solo que tal vez sea una evolución local del Homo erectus.
"Se sabe que los homínidos usaban fuego para cocinar desde hace unos 800.000 años, pero no para fabricar herramientas", dijo.
El consenso arqueológico decía que el fuego como herramienta para crear herramientas se comenzó a usar hace 164.000 años en el sur de África, sin embargo, este estudio demuestra que en realidad ya se hacía 150.000 años antes en el Levante.
Diferentes técnicas de calentamiento
Probar que una piedra ha sido calentada, antes de ser procesada hace unos 400.000 años tiene truco, pero los expertos saben que hay múltiples señales que lo indican: marcas de hollín, cambios de color, microrrupturas y más.
Ido Azuri, de la Unidad de Bioinformática del Instituto Weizmann, analizó la gran cantidad de datos de espectroscopia, lo que le permitió clasificar los cambios causados por la cocción de las rocas y el rango de temperatura en el que se habían calentado cada una.
El análisis reveló que utilizaban tres rangos de temperatura constantes para diferentes tipos de piedras:
- El primer tipo, eran fragmentos pequeños, mellados y astillados que habían sido expuestos al fuego lo suficientemente caliente (hasta 600 grados Celsius) como para hacer que salieran trozos de pedernal.
- El segundo tipo son las hojas: herramientas más grandes con forma de cuchillo con un borde largo y afilado y un borde más grueso donde se pueden sujetar.
- El tercero son las hojuelas, herramientas de corte más pequeñas que la hoja.
Elefantes gigantes
Agam se preguntó qué llevó a estos homínidos a desarrollar la priotecnología y perfeccionarla, y ha encontrado la respuesta: "Hace 400.000 años había elefantes gigantes en esta zona, de 12 toneladas o más, y esos elefantes formaban parte muy fundamental de la vida de esos homínidos", explicó.
"Creemos que la pirotecnología tiene que ver con eso, con el cambio en la estrategia de cazar y almacenar carne y grasa. Antes un elefante los alimentaba durante un mes, ahora tenían que esforzarse mucho más para cazar presas pequeñas y trabajarlas con herramientas diferentes y específicas".
"Esta tecnología, tanto como nuestros teléfonos móviles y ordenadores, permitió a estos homínidos sobrevivir y prosperar", agregó.