El multimillonario estadounidense cree que ninguna de las vacunas contra el COVID-19 en desarrollo será aprobada en EEUU antes de finales de octubre del 2020.
"Creo que una vez que llegas, digamos, a diciembre o enero, las posibilidades son que al menos dos o tres [busquen la aprobación] en caso de ser eficaces. Y así tenemos estos ensayos de fase tres que están en marcha", señaló en entrevista con la cadena CNBC.
Si todo va bien, la única vacuna que podría buscar la licencia de uso de emergencia a finales de octubre sería la de Pfizer, agregó.
En los últimos años su fundación ha concedido a Pfizer —de la que también posee algunas acciones— subvenciones millonarias para que esta pueda desarrollar varias vacunas. El director ejecutivo de la farmacéutica, Albert Bourla, comunicó que Pfizer ya había invertido 1.500 millones de dólares en la investigación de la eficaz cura contra el virus.
Recientemente Pfizer solicitó a la Administración de Alimentos y Medicamentos de EEUU el permiso para ampliar su fase avanzada de ensayos para incluir en ella a hasta 44.000 participantes, lo que contrasta con su objetivo anterior de 30.000 personas. Otros fabricantes que también pasaron a la etapa final de las pruebas y que podrían buscar la aprobación de sus vacunas en EEUU son Moderna y AstraZeneca, con sede en el Reino Unido.
Dado que normalmente las farmacéuticas tardan varios años en desarrollar una cura, el plazo más corto anunciado por Trump ha alimentado la preocupación de que la presión política pueda afectar al proceso normal de reglamentación para examinar una vacuna.
En una carta publicada el 8 de septiembre, los directores ejecutivos de nueve importantes fabricantes de medicamentos se comprometieron a no buscar la aprobación de sus vacunas hasta que se demostrara su seguridad y eficacia en grandes ensayos clínicos.
Tomando en consideración los planes de Trump, Gates criticó la respuesta negligente de su Administración frente al coronavirus. El filántropo teme que de esta manera la política vaya a socavar la confianza pública en la posible vacuna. El multimillonario y su esposa también destacaron una serie de errores cometidos por la Casa Blanca en su lucha contra la pandemia.
"Esta ha sido una situación mal gestionada en cada paso que se dio en el camino. Es impactante. Es increíble que estemos entre los peores del mundo", señaló Gates en una conversación con el medio STAT News.
Gates también criticó al inspector de la Administración de Alimentos y Medicamentos de EEUU, Stephen Hahn, quien exageró los resultados de un estudio de la Clínica Mayo sobre los beneficios del uso de plasma sanguíneo convaleciente como tratamiento contra el COVID-19.
"Vimos en las declaraciones completamente chapuceras sobre el plasma que, cuando se empieza a presionar a la gente para que diga cosas optimistas, se descarrilan por completo. La Administración de Alimentos y Medicamentos de EEUU perdió allí mucha credibilidad", señaló Gates en una entrevista a Bloomberg.
Otra medida de las autoridades estadounidenses que dejó atónito al fundador de Microsoft fue la recomendación de los Centros de Control y Prevención de Enfermedades de disuadir a las personas que habían entrado en contacto con infectados de realizarse los tests de COVID-19 si no presentaban síntomas. "Este hecho me asombra", comentó Gates.