La localidad sevillana de El Rubio (3.445 habitantes) sigue dando que hablar. El único colegio del municipio, el CEIP Carmen Borrego, que cuenta con 268 alumnos, está siendo un campo de pruebas puntero para lidiar con la pandemia y la vuelta al cole.
Tras meses de zozobra, tras las enésimas acusaciones entre las 17 consejerías de Educación de las comunidades autónomas al Ministerio de Educación y reuniones intersectoriales a finales de agosto, nada ha cambiado en las aulas. En general, las ratios no han bajado y los centros docentes abren sus puertas con incertidumbre, después de todo, volver a la normalidad, con cole incluido, es un salto al vacío; pero no es así en El Rubio.
El alcalde, Rafael de la Fe, ya atrajo todas las miradas cuando destinó el presupuesto de la piscina municipal y fiestas mayores a la instalación de tantas mamparas como alumnos hay en el centro. Explica a Sputnik que las mamparas tenían un alcance limitado, "pero los alcaldes y todas las partes tenemos que hacer más de lo que esté en nuestra mano. Si no damos, no podemos exigir".
Tras las mamparas, en El Rubio han tirado no solo de voluntad política, sino de innovación. Este curso contará con aulas higienizadas y desinfectadas por rayos ultravioleta, "aplicamos la misma tecnología que se aplica en los quirófanos a las aulas, después de todo, son espacios igualmente esenciales a nivel social", explica el regidor.
El colegio y la guardería de El Rubio cuentan 4 dispositivos móviles de rayos uva el primero, y tres filtros de aire el segundo. Ambos mecanismos aplican la radiación ultravioleta para terminar con partículas sólidas, con gérmenes y virus. "Se trata de una opción que para nosotros es barata, ecológica y supone más seguridad para espacios donde los niños van a pasar muchas horas".
Más física y menos química para los niños
En total, el Ayuntamiento ha destinado 15.000 euros de presupuestos (que iban destinados a Fiestas Mayores) para las mamparas y para hacerse con las lámparas de luz que emitirán ondas cortas de ultravioleta, una opción revolucionaria que viene a aplicar más física y menos química.
"Esto es muy importante, porque los herbicidas son productos químicos, como el cloro por ejemplo, que implican residuos tóxicos y por lo tanto riesgos", nos explica el técnico que ha posibilitado la llegada de esta tecnología a la localidad sevillana, Jose Antonio Capitán. "El sistema ultravioleta es totalmente ecológico y natural a la vez que virucida y germicida".
La radiación ultravioleta se viene usando desde 1904 para higienizar el agua, por ejemplo, y para los coronavirus, "es muy efectiva, ya que se trata de virus muy contagiosos pero fáciles de matar. No es tecnología de última generación, pero hemos hallado esta aplicación que es idónea para la situación que afrontamos en las aulas", valora Capitán.
El sistema de radiación cuenta con distintos dispositivos, desde filtros de aire fijos o móviles que depuran las estancias, hasta dispositivos móviles que sirven para depurar las superficies, como mesas y sillas, hasta objetos, como mochilas, libros o incluso mascarillas. La única limitación que tienen, es que no pueden usarse en presencia de los alumnos, por ser la radiación peligrosa.
"Son inversiones efectivas, un dispositivo que higienice un aula puede costar unos 700 euros. No es la solución para la pandemia, pero sí una traba más para frenar los contagios. Las aulas, al menos ahora, son totalmente seguras, siempre que los niños respeten las normas".
Vuelta al cole; vuelta al COVID
Pero El Rubio es un oasis en el desierto. El desamparo de muchos equipos directivos y docentes crece desde que el jueves 10 de septiembre arrancara en Andalucía el curso. La comunidad autónoma es la referencia nacional en educación, por mayor número de centros, de docentes y alumnos. Y también, por contar con más retos, debido a las enormes desigualdades sociales existentes en el sur de España.
Pero estas palabras de aliento llegan tarde para la comunidad educativa que lleva tiempo exigiendo medios, bajadas de ratio, más contrataciones o protocolos concretos. El profesorado se siente desamparado y la misma sensación de incertidumbre se extiende a las familias.
Docentes como Bárbara, profesora bilingüe de un CEIP de Granada, destaca que los gastos iniciales que corren de su bolsillo son de unos 300 euros para "mascarillas FFP2, quirúrgicas y batas, solo en desembolso inicial".
La situación ha llevado a los principales sindicatos (CSIF, ANPE, FeSP-UGT) a movilizarse conjuntamente por "considerar insuficientes los recursos materiales y humanos para una vuelta a las aulas con seguridad". Han convocado movilizaciones para el próximo 18 de septiembre en Andalucía. La Consejería de Educación afirma haber reforzado al profesorado con 6.500 nuevas contrataciones y 1.600 operarios más para limpieza y desinfección, pero las cuentas no salen, en una comunidad con 7.144 centros docentes.
La gestión de la vuelta al cole es un elemento transversal que puede terminar, sino se gestiona bien, en un nuevo colapso sanitario, ¿qué pasará con todos los abuelos —población de riesgo— que se encargan diariamente de los nietos a las salida de las clases?.
"No podemos permitirnos dejar de trabajar otra vez, si mis hijas tienen que volver al confinamiento, no sé cómo lo haríamos", explica uno de los padres de El Rubio, José Antonio Sánchez.
Padre de dos hijas, de 6 y 10 años, se siente afortunado de contar, al menos, con sistemas extras de seguridad en su pueblo, una excepción entre los miles de centros que acaban de iniciar el curso.