En 1932, se instaló con Franklin Delano Roosevelt una hegemonía demócrata que prevaleció incluso con la muerte del mandatario, el New Deal logró recuperar a EEUU del Crack del 29 y condujo a la nación a ser uno de los ganadores de la Segunda Guerra Mundial, convirtiéndola en un imperio financiero-militar de carácter global, que en la actualidad está en franca decadencia, ante la pluripolaridad del sistema que ha caracterizado al siglo XXI.
En 1980 tocó el turno al demócrata Jimmy Carter de enfrentar un escenario económico bastante adverso, la lenta recuperación de la economía, la inflación y el desempleo, así como en el plano internacional la Guerra de Afganistán con la participación de la URSS, el fiasco del Éxodo del Mariel y el fracaso de la operación Garra de Águila, dio como resultado tres períodos seguidos de administración republicana Reagan – Bush, y unas palizas electorales antológicas.
En 1992, con la victoria del demócrata Bill Clinton en elecciones sumamente importantes y que marcaron la actual preferencia de muchos estados decisivos (Muro Azul Demócrata), ante la división del voto conservador y de derecha por la aparición de Rose Perot, que fulminó a un George HW Bush ganador de la Primera Guerra del Golfo y verdugo del mundo bipolar de la Guerra Fría.
Sin ánimos de llover sobre mojado, EEUU tiene un sistema de elección de segundo grado, en el cual se eligen a unos representantes o colegios electorales por estados de la Unión, que a la vez ellos eligen al presidente, es su sistema y así les ha funcionado, han mantenido la cohesión de una diversidad de entidades muy distintas en lo demográfico y sobre todo en lo económico.
El Muro Azul son 18 Estados y el Distrito de Columbia que desde 1992 hasta 2012 votaron indistintamente por candidatos del Partido Demócrata, incluso cuando perdieron en 2000 y 2004: California (55), Nueva York (29), Illinois (20), Pensilvania (20), Michigan (16), Nueva Jersey (14), Washington (12), Massachusetts (11), Maryland (10), Minnesota (10), Wisconsin (10), Oregon (7), Connecticut (7), Hawai (4), Maine (4), Rhode Island (4), Delaware (3) Vermont (3), Washington DC (3) para un total de 243 votos electorales, con 270 se gana la presidencia.
Ahora bien, las elecciones de medio mandato de 2018, fueron un catalizador del comportamiento electoral sobre todo en los estados bisagras, que al fin de cuentas fueron los que decidieron el POTUS en el 2016, los demócratas ganaron con holgura las gobernaciones de California, Illinois, Nueva York y Pensilvania, así como se definió la gobernación de Wisconsin para el partido azul, igualmente lograron el senado en Virginia Occidental (Joe Manchin) estado donde Trump había ganado por más del 60% de los votos.
En Texas, fue particularmente reñida la disputa por el senado entre Beto O´Rourke y Ted Cruz, con la victoria por el partido republicano por estrecho margen, igualmente ganaron los rojos el senado en Florida, Dakota del Norte, Indiana y Missouri, los demócratas lograron el senador de Arizona y Nevada. En el ámbito de los representantes, los demócratas ganaron 30 distritos dominados por el Partido Republicano, los cuales se dividieron así: California (+3), Nueva York (+3), Nueva Jersey (+3), Pensilvania (+3), Virginia (+3), Florida (+2), Illinois (+2), Iowa (+2), Texas (+2).
Las protestas por la violencia y asesinatos policiales hacia los afroamericanos, cristalizados en la zona metropolitana de Minneapolis y Saint Paul (Minnesota), alejaría a los republicanos de lograr un resultado positivo, tras décadas de preferencia demócrata (1972), así los sucesos en Kenosha (Winsconsin), estado bisagra que ha perdido los republicanos en el 2018, podría inclinar la balanza nuevamente a favor de los demócratas y fortalecer la Muralla azul.
Por otro lado, está el tema de la pandemia cuyas previsiones para el 1 de noviembre de 2020 es de 230.000 norteamericanos muertos, mucho más que todas las guerras que ha peleado los EEUU en el siglo XX, así el discurso demócrata sobre la defensa del Affordable Care Act (Obamacare), que reivindica el mantenimiento de personas con enfermedades prexistentes, podría jugar un papel preponderante como lo hizo en el 2018.
Por ende, más que conservar los números nacionales, se debe enfocar la estrategia en los estados bisagras como Florida, Carolina del Norte, Arizona, e incluso el mismo Texas donde Ted Cruz (político de renombre republicano) se enfrascó con un candidato mediocre en una contienda que casi pierde.
Por último, la sociedad norteamericana ha estado ideologizada en un conflicto racial interno y una diatriba económica con China, lo que ha conllevado a una merma de exportaciones de soja y productos agrícolas hacia el gigante asiático, así como la tardía recuperación económica, todos éstos factores podrían jugar en contra de Trump y colocarlo como el primer presidente del siglo XXI en no repetir el mandato, las crisis que se han expuesto han afectado hasta el más popular de los presidentes, esta la de COVID-19 y muy probablemente no sea la excepción.