Protegidas con mascarillas y vestidas con prendas negras y rojas, una multitud de manifestantes con pancartas y globos recorrió las calles de la capital boliviana al grito de "¡Queremos trabajar, no somos delincuentes!".
En su ruta hacia la sede del Sistema Departamental de Salud (SEDES), la mayoría de las trabajadoras marchaba con el rostro cubierto, pero algunas de las participantes quisieron hablar para las cámaras y lanzar sus peticiones.
"Muchas de los compañeras tienen dos, tres, cuatro, cinco, ocho, hasta ocho hijos tienen. Queremos trabajar. No nos dejan trabajar. Que flexibilicen [el confinamiento] un poco por lo menos", denunciaba la manifestante Marisol.
El negocio del sexo sigue esperando una reapertura que no llega en Bolivia. El país ha registrado hasta ahora más de 122.000 casos positivos de coronavirus y más de 7.000 muertes, y el confinamiento impuesto no está impidiendo que las cifras de nuevos contagios de los últimos días se acerquen a los 1.000 diarios.