Tres circulares rojas de Interpol contra Mancuso son ahora el palo que Colombia intenta meter en la rueda de la deportación a Italia, pero depende de tiempos judiciales para que su estrategia tenga efecto, pues el trámite que implica informar a la Fiscalía de EEUU sobre la medida puede tardar aún unas dos semanas, mientras que la defensa habría acordado ya con el juez que el exparamilitar sea enviado a Italia antes del 4 de septiembre.
Dicho acuerdo se habría logrado luego de que la defensa argumentara que Mancuso, de 56 años y quien fue extraditado de Colombia a EEUU en mayo de 2008 por delitos de narcotráfico, cumplió su pena en julio pasado, por lo cual completa a la fecha más de 150 días retenido en una cárcel de migración, violando el plazo de 90 días que la ley establece para su deportación.
¿Errores voluntarios?
La defensa sostiene que Mancuso —uno de los máximos líderes de las hoy extintas Autodefensas Unidas de Colombia (AUC, extrema derecha)— no debe cargar con los errores que ha cometido Colombia en su pedido de extradición, y asegura que el expara ya ha cooperado en aportar verdad sobre el conflicto armado y que lo seguirá haciendo en Italia.
El tema de la extradición de Mancuso desbancó en la última semana la noticia del proceso por manipulación de testigos y fraude procesal por el cual está en detención domiciliaria el expresidente y exsenador Álvaro Uribe, pero ambos temas tienen vínculo directo entre sí.
En Colombia hoy son varios los señalamientos que apuntan a que las dificultades en la extradición de Mancuso no son tanto un error —como lo advirtió Sanguino en su trino— sino una estrategia deliberada del Gobierno para que el exparamilitar no regrese al país, con lo cual se evitaría que enlode con sus testimonios a Uribe y a otros políticos y empresarios, a quienes se señala de relaciones con el paramilitarismo.
Los pedidos
En los dimes y diretes sobre el tema, la cancillería colombiana ha salido a plantar cara y asegurado que "dada la relevancia del caso... le ha dado toda la prioridad, celeridad, trámite inmediato y seguimiento constante" a la extradición de Mancuso.
Con esta última solicitud, Colombia confía que Mancuso sea arrestado cuando llegue a Colombia —si es que llega— para que cumpla dos sentencias proferidas el 20 de noviembre y el 31 de octubre de 2014, las cuales fueron confirmadas por la Corte Suprema de Justicia y en las que se le condena por la comisión de crímenes cometidos durante el conflicto armado.
Una de esas sentencias es por su responsabilidad en 588 homicidios en persona protegida, 922 desplazamientos forzados y 44 desapariciones forzadas, mientras que la otra es por su responsabilidad en 14 homicidios en persona protegida, 52 desplazamientos forzados y 19 desapariciones forzadas.
No pero sí
El miércoles 26, a través de un comunicado, la cancillería de Colombia admitió que no ha solicitado de manera formal a Estados Unidos que extradite a este país a Mancuso debido a que falta la traducción de documentos para sustentar la solicitud, y precisó que, en su lugar, pidió su captura con fines de extradición.
Según explicó, aún restan por traducir al inglés 2.115 folios de documentos anexos que acompañan la orden de captura emitida por el Tribunal Superior de Bogotá, por lo que, en teoría, no está formalizado el pedido de extradición.
Sea como fuere, mientras todo ello ocurre, la Corte Interamericana de Derechos Humanos (Corte IDH) ya advirtió al Estado colombiano de que la deportación de Mancuso "pone en riesgo la posibilidad de que cientos de víctimas puedan acceder a justicia, verdad y reparación", ya que entre Colombia e Italia no hay un tratado de extradición vigente.
Ante eso, el Gobierno colombiano también apura el paso y, según ha trascendido, el Ministerio de Justicia radicará una solicitud formal para que el Congreso apruebe pronto un acuerdo de extradición con Italia, luego de que el parlamento de ese país aprobó lo propio con Colombia el pasado 8 de julio.
Para el Gobierno colombiano, la aprobación por parte de Italia hace que el tratado ya haya entrado en vigor, por lo que confía en que ese país pueda extraditar a Mancuso si al final no logra ganar la partida y EEUU decide deportarlo al país europeo.
¿Quién es Mancuso?
Salvatore Mancuso es el segundo de seis hermanos de un matrimonio compuesto por un inmigrante italiano y una colombiana.
Aunque nació en el municipio de Montería (Córdoba, norte), donde pasó buena parte de su infancia, inició en Bogotá estudios de Ingeniería Civil y Administración Agropecuaria, los cuales no terminó y, en cambio, viajó a EEUU para estudiar inglés en la Universidad de Pittsburg, en Pensilvania.
Como paramilitar, Mancuso incursionó en el narcotráfico y fue responsable de al menos 300 asesinatos —los cuales él mismo ha reconocido— y de mínimo cuatro masacres, una de las cuales se cobró la vida de 10 personas en febrero del año 2000 en la población de El Salado (Bolívar, norte).
Mancuso, que permaneció en las AUC entre 1995 y 2004, se desmovilizó ese último año como parte de los acuerdos con el Gobierno en la denominada Ley de Justicia y Paz, pero en 2008 fue extraditado a EEUU junto con diez exparamilitares más porque, según el Ejecutivo, no cumplió con los compromisos establecidos por dicha ley.