Reloj, no marques las horas
El tiempo le está jugando en contra al actual mandatario estadounidense, toda vez que en su gestión los problemas no hacen más que sumarse, y en su sumatoria, agigantar la imagen negativa que tiene su Administración que ya está haciendo aguas por todos lados.
Su estrategia contra el coronavirus, más allá del hándicap que le otorga a la pandemia el sistema sanitario del país norteamericano, que por su configuración en un sistema de liberalismo económico, desde el minuto uno condena a muerte tal vez a miles de ciudadanos que contraen la enfermedad, se lo está devorando: se está desangrando en votos.
Entre los últimos violinistas de esta suerte de Titanic que podría hundirse sin remedio el próximo 3 de noviembre, el secretario del Tesoro, Steven Mnuchin, y el secretario de Estado, Mike Pompeo, han entonado las más recientes notas que pretenden ser un do de pecho, por las cuales Trump pretende pasar el sombrero, como lo hacen algunos templos religiosos –donde el mandatario profesa su fe– en busca de monedas o billetes que salven el día.
En su particular eslalon que planteó a TikTok, Trump pasó del bloqueo de la plataforma, a su posible adquisición de su rama estadounidense por una empresa nacional –donde Microsoft se autoproclamó interesada–, y reclamó meter la mano en la lata a favor del Tesoro de EEUU mediante una comisión. Y lo justificó a su manera: "Una porción importante de esa operación debería ir a las arcas del Tesoro de EEUU […] Es un trato justo. Hemos hecho posible el éxito de TikTok". ¡Toma ya!
"No se entiende cuál sería el fundamento legal de eso", manifiesta Ciafardini.
El club de la pelea
Para el analista, la gran desesperación de Trump se hizo manifiesta cuando sugirió la posibilidad de postergar las elecciones o hasta de no reconocer los resultados. Añade que, con estas presidenciales, estamos en presencia de un tremendo enfrentamiento de fuerzas, que se va agudizando con la proximidad de los comicios.
"Ni siquiera es un Gobierno monolítico: es una arena, un campo en el que se están enfrentando en una batalla monumental, por lo menos dos grandes grupos financieros muy importantes, los principales del mundo: uno el más globalista, que es el más poderoso, que está con pie en el Partido Demócrata y que tuvo sus Gobiernos con Obama, y con Hillary Clinton y su gente; y el otro es un grupo más rezagado pero también muy, muy potente, pero que tiene intereses más relacionados con el mercado interno norteamericano, o que intenta hacer pie en EEUU como su base, y éstos se están enfrentando brutalmente, y Trump es una parte del grupo más norteamericanista, que también tiene sus divisiones internas".
"Todos ellos aspiran a ganar la madre de las batallas", avisa el experto en relación a las elecciones.