Cuando Mohamed Irfaan Ali fue proclamado presidente de la República Cooperativa de Guyana, el domingo 2 de agosto, habían pasado cinco meses exactos desde los comicios realizados el 2 de marzo de 2020. Entre una fecha y la otra hubo denuncias, protestas, acusaciones, mediaciones internacionales: los resultados que parecían definitivos fueron finamente suspendidos.
Toda una crisis. Pero el tema pasó fuera de gran parte de las agendas de los medios de comunicación. No sorprende. El país situado al norte de América del Sur, donde hace frontera con Venezuela, Brasil y Surinam, suele estar alejado de los radares de análisis políticos América Latina.
Guyana: un poco de historia
Es cierto que la historia de Guyana tiene otros tiempos respecto a América Latina, pero tiene historias comunes. El país logró su independencia de Reino Unido en 1966, conseguida luego de largos años de lucha. La marca del antiguo imperio quedó grabada en el idioma: es el único país de habla inglesa de Sudamérica.
"Un fenómeno interesante es que los colonialistas ingleses, que formaron el país y dejaron su cultura administrativa y política, no dejaron descendencia alguna", explica Alejandro Kirk, reportero de Telesur que cubrió las elecciones de marzo.
El nuevo presidente, Irfaan Alí, pertenece al grupo de origen indio mientras que el saliente, David Granger, al segundo. Cada uno es a su vez parte de los dos principales partidos del país: el Partido Popular Progresista (PPP), mayoritariamente indio, y el Congreso Nacional del Pueblo (CNP), de mayoría afro. La división étnica de la política comenzó en 1958, cuando fue creado el CNP, que provenía del PPP.
"El PPP siempre ha sido mayoritario, pero el CNP ha gobernado a través de coaliciones en varias ocasiones, la última, hasta esta semana, con la Asociación por la Unidad Nacional (APNU) y Alianza por el Cambio (AFC)", explica Kirk. Con frecuencia se ha acusado al PNC de fraudes electorales, agrega.
La crisis de los cinco meses
Alí ganó con 233.336 votos, contra 217.920 para Granger y 5.214 para el resto de los partidos. La población de Guyana es pequeña: casi 800.000 habitantes. Los cinco meses de crisis se abrieron el 3 de marzo, un día después de las elecciones, con el conteo de votos.
"El proceso comenzó a demorarse en el centro de cómputos, con incidentes grotescos, cuando se evidenciaba la victoria del PPP, pero faltaba la región de Georgetown, donde siempre gana el CNP (APNU/AFC)", explica Kirk. Georgetown, la capital, es mayoritariamente afrodescendiente, al igual que la administración, el Ejército y la Policía.
La elección tuvo una gran observación internacional: la Organización de Estados Americanos, la Unión Europea, la Commonwealth, el Centro Carter. Pero lo grotesco llegó a puntos extremos: la presidenta de la Comisión Electoral (Gecom) fue secuestrada y se pretendió dar un resultado final.
Así comenzó un largo proceso judicial que resolvió el reconteo de los votos con supervisión de la Comunidad del Caribe (Caricom) que le dio la victoria al PPP.
"El presidente y el secretario Ejecutivo del Gecom argumentaron que, si bien los votos daban la victoria al PPP, consideraron que pudo haber fraude en el proceso de votación, y continuaron intentando mantenerse en el poder".
Uno de los elementos para lograr que la victoria fuera concedida al PPP fue, explica Kirk, "la presión internacional". Así asumió Mohamed Irfaan Alí, de 40 años, nacido en Leonora, doctorado en planificación urbana, congresista entre 2006 y 2015, exministro de Vivienda y 20 años miembro del PPP.
El mayor crecimiento del mundo
El producto bruto interno de Guyana crecerá 44% este año, según el último informe de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe. Es el único país que no caerá en la región y uno de los pocos a nivel mundial. No significa que el país no se vea afectado por la recesión: el pronóstico inicial de crecimiento para 2020 era 80%.
La magnitud del salto tiene que ver con los yacimientos petroleros y la proyección de la producción que, según las estimaciones, pasará de 52.000 barriles diarios a 750.000 para el año 2025, convirtiéndose en uno de los primeros países productores de petróleo per cápita.
"La lucha por el poder estuvo determinada precisamente por el tema de la riqueza petrolera, que dará al ganador la oportunidad de permanecer en el poder por décadas", explica Kirk.
Alrededor del tema petrolero se encuentran los contratos firmados entre el anterior gobierno y Exxon Mobil. Según la ONG Global Witness, el contrato de producción firmado en el 2016 está fuertemente a favor de la empresa, y privará al país de unos 55.000 millones de dólares durante la vigencia del contenido. El acuerdo fue calificado de "excepcionalmente malo" por la ONG.
"Los funcionarios del Gobierno están más preocupados por una disputa fronteriza marítima con Venezuela que por negociar mejores términos", afirmó la ONG, refiriéndose a la disputa por el territorio Esequibo, reclamado por Venezuela por haber sido robado por Gran Bretaña en el siglo XIX.
Esa actuación de Granger había sido denunciada por el PPP en diciembre del 2018, con una moción de censura contra el expresidente que, al perderla, debía convocar a elecciones en el plazo de 90 días. Los comicios se hicieron, finalmente, un año después, y, cinco meses luego, se conoció al nuevo presidente.
El futuro de Guyana
Irfan Alí prometió modificar los acuerdos desfavorables para el país. Según Kirk, aún no tiene poder real: "quien ha llevado la vocería y las negociaciones ha sido el expresidente y hoy vicepresidente Bahrrat Jagdeo, el líder del PPP".
"Según personeros de las dos fuerzas políticas, no existe una gran diferencia ideológica entre ambas, que han abandonado sus proyectos revolucionarios y apuestan a administrar la riqueza petrolera entregada a la transnacional norteamericana Exxon, cuyo papel en todo este proceso resta por definir", explica Kirk.
Resulta temprano anticipar qué buscará hacer y qué espacios de maniobra tendrá el nuevo Gobierno. Kirk señala que su victoria fue reconocida desde el inicio por Estados Unidos, Reino Unido, la Unión Europea, así como también los gremios empresariales del país, algo que podría indicar posibles orientaciones.
"La participación clave de Estados Unidos en el desenlace del proceso electoral, abre interrogantes acerca de la independencia del nuevo Gobierno, y mantiene por tanto la incertidumbre" señaló.
Guyana, por su gran reserva petrolera y su ubicación geográfica, es un territorio estratégico. "La riqueza petrolera descubierta en Guyana la convierte en la alternativa al petróleo de Venezuela. Estados Unidos, a través de Exxon Mobil, aspira a compensar y tal vez reemplazar a Venezuela como fuente controlada y confiable de hidrocarburos", opina Kirk, pero señala dos elementos acerca de los niveles de producción: serán por un tiempo limitado, "y siempre en vilo por el conflicto de Guyana con Venezuela por el Esequibo".
El país que está mayoritariamente fuera de las agendas de los grandes medios tiene entonces una importancia que algunos Gobiernos tienen muy en claro. El crecimiento de su Producto Bruto Interno será elevado durante los próximos años, pero, se sabe, no significa automáticamente un crecimiento para las condiciones de vida de la población.