El lunes 15 de junio, el recién nombrado Paris sorprendió a varios.
Ese gesto fue el debut de una nueva estrategia comunicacional menos beligerante y más abierta al diálogo, que ha sido valorada por gran parte de la oposición. Desde entonces, el ministro se ha mostrado abierto a escuchar a expertos, comunidades científicas, a los alcaldes y a la oposición.
Reconociendo lo malo
Para la derecha más conservadora, la salida de Mañalich fue un golpe bajo. A pesar de su cuestionada gestión, el oficialismo lo defendió férreamente y salió en masa a aplaudirlo después de su renuncia, para apoyarlo en medio de las críticas. Y no es una figura literaria: literalmente algunos parlamentarios se grabaron aplaudiendo desde sus casas para subir el video a sus redes sociales.
El ministro Paris decidió no escuchar las voces de la derecha que lo llamaban continuar la misma estrategia sanitaria de Mañalich y se atrevió a algo que hasta el momento nadie en el Gobierno había hecho. Reconoció que se debían hacer cambios en la estrategia, entendiendo que la fórmula del exministro condujo a Chile a estar hoy entre los 20 países con más muertos por coronavirus en el mundo. Y entre los 10 con más contagiados, por sobre Italia y España.
"Hay cosas que corregir. Por ejemplo, la frase del retorno seguro", dijo Paris en una reunión con la Comisión de Salud del Senado. En esa instancia, Paris señaló que Mañalich y el Gobierno se equivocaron en promocionar la campaña denominada Retorno Seguro, un llamado a la ciudadanía a salir de sus casas de manera paulatina, para volver a clases y a sus trabajos. Hasta la fecha, muchos indican que esto fue un factor importante en el alza descontrolada en los contagios.
No obstante, como las personas sí pueden volver a contagiarse, y porque podía generar enormes situaciones de discriminación, este carnet de salida o "carnet de inmunidad" nunca fue entregado.
Paris también tuvo críticas para el sistema de trazabilidad de los enfermos, un sistema que era considerado vital para contener la expansión del virus pero que durante la gestión de Mañalich, colapsó. "Hoy, el tema de la trazabilidad lo estamos mejorando, y podría decirse que estamos llegando al 90% a nivel nacional", dijo Paris en una entrevista.
Ciencia, medicina y política
En marzo, cuando los contagios comenzaron a desbordarse en Chile, un grupo de 1.500 científicos escribió una carta al Gobierno. Epidemiólogos, bioquímicos, microbiólogos, académicos e investigadores de todas las áreas advirtieron que si el ministro Mañalich no escuchaba a la ciencia y no decretaba cuarentena total en Santiago, se produciría una catástrofe nacional.
Mañalich no decretó aquello sino hasta el 13 de mayo. Muchos apuntaron que fue una estrategia política para disminuir al máximo la caída de la actividad económica en el país.
Incluso, esta brecha ya existía entre Mañalich y el Ministerio de Ciencias. De hecho, para el ministro de esa cartera, Andres Couve, la llegada de Paris fue un alivio. "Era necesario un ambiente mucho más colaborativo", dijo en una entrevista.
Al parecer, el nuevo ministro estaría saliendo positivo de su primer examen. Claramente el comunicacional, no el de coronavirus.