La Vega Central, en la comuna de Recolecta en la zona norte de Santiago, es uno de los principales mercados de abasto de la capital chilena. Su actividad es constante y no se detiene en las 24 horas del día, los 365 días del año.
Se ha limitado el número de accesos, en los cuales hay personal de seguridad, ya sea de la Policía, del Ejército, o del propio recinto, controlando el uso de mascarillas y la temperatura de quienes ingresan.
Cada puesto y locatario tiene la obligación de cumplir con exigencias mínimas como el distanciamiento social en la atención de público, tener agua con cloro para lavarse las manos y el uso permanente de mascarillas.
"Nosotros acá tratamos de mantener la distancia, aquí pasan los guardias todo el rato, nos lavamos las manos a cada rato por el tema de los billetes", relata a Sputnik Sebastián, joven vendedor del puesto 962 de frutas y verduras Mauricio Cisterna.
Las medidas intentan no perder el espíritu de la Vega Central, que es atender en forma directa, creando afinidad y fidelidad con cada cliente. Sin embargo, y a pesar de las precauciones sanitarias, hoy esto ha cambiado producto de la pandemia.
"Ha bajado mucho la venta porque hay mucha restricción, porque están pidiendo los carabineros estos permisos, y se hacen las medias filas, y algunos se van, se aburren de esperar y no entran a comprar", señala a Sputnik María Pujado Sagredo, quien trabaja hace 25 años en La Vega, vendiendo pimientos.
Entrega a domicilio
La disminución en la afluencia de público y las continuas cuarentenas en la capital han volcado a muchos a dueños y administradores de los 1.200 puestos de La Vega Central a realizar entregas a domicilio o delivery de frutas y verduras.
"La venta ha bajado bastante por la contingencia del COVID-19 y nosotros estamos trabajando para el público igual, porque somos primera necesidad. Tratamos de cumplir con el trabajo y prestarle apoyo a la gente que se quiere reabastecer, nosotros les damos la facilidad de tener el despacho a domicilio y trabajamos en el local", detalla Sebastián.
El despacho a domicilio o delivery, según lo denomine el locatario, no distingue a ningún tipo de cliente, pueden ser pequeños comerciantes de barrio, gente o familias independientes.
"La persona que necesite insumos nosotros se los llevamos, sea tanto local, casa o empresa, nosotros le prestamos el servicio", puntualiza Sebastián.
Lo importante, como señala el joven vendedor, es que el trato a cada cliente debe de ser de calidad, para que "vuelva la gente" tanto en la venta al paso como para delivery.
Alianza estratégica
Existe una tercera fórmula a la que varios locatarios han recurrido y es la de proveer de frutas y verduras a las personas que se dedican al reparto a domicilio.
Es el caso de Guillermina Ramos, quien a sus 41 años y tras 20 años de trabajar en la Vega, hoy atiende el local que heredó de su padre, con quien vendió frutas y verduras desde joven. Ella decidió, en medio de la pandemia, proveer a emprendedores que reparten pedidos. Su táctica fue hacer marketing por Instagram y Facebook para promocionar sus productos con el objetivo de captar más clientes que hacen delivery.
"Ahí empezó a surgir esto de tomar más clientes para armarle solo pedidos para las personas que entregan a domicilio, ellos me mandan un pedido con todas las cosas por separado como las necesitan y nosotros se las armamos para que lo puedan distribuir", explica a Sputnik Guillermina.
Al igual que sus colegas veguinos, esta locataria realizaba entregas a domicilio, solo que al morir su padre tuvo que hacerse cargo del local y tuvo que parar. "En su momento fui chofer, pioneta (cargadora), secretaria, recepcionista", comenta, pero en la actualidad Guillermina se dedica a la administración, compra y venta de insumos a La Vega Delivery, que hoy en tiempos de COVID-19 tienen más demanda.
"Ellos tienen muchos clientes y en general todo les ha ido subiendo, y lo bueno es que yo los trato de cuidar mucho, también los regaloneo harto, les doy la mejor calidad, si bien es cierto soy competitiva en el precio, pero yo no transo la calidad con nada, por eso tengo clientes que ya llevan 20 años conmigo", cuenta Guillermina.
La venta online
Son decenas las verdulerías online dedicadas al reparto de frutas y hortalizas que adquieren y ofertan productos de La Vega Central, entre ellas La Vega Delivery, que con cinco años de existencia amplió su gama de alimentos saludables a áreas más especializadas como alimentos sin gluten o veganos.
Inicialmente los fundadores de La Vega Delivery iban a comprar muy temprano en un vehículo que aparcaban en el estacionamiento de La Vega Central, en el mismo lugar armaban los pedidos y salían a despachar, por tanto, todos sus proveedores eran de la misma feria.
Actualmente adquieren varios de sus productos en otros mercados y directamente con los productores, sin dejar la Vega Central y cuentan con un centro de distribución donde se arman los pedidos, desde donde salen los despachos a domicilio.
"Nosotros tenemos gente experta que va a comprar todos los días a Lo Valledor, a La Vega Central y además vamos directamente al campo de algunos proveedores de la zona central a comprar al productor los productos más estratégicos para nosotros", señala a Sputnik Camilo Espinoza, fundador de La Vega Delivery.
Cuando comenzó la pandemia y vieron por un lado que la demanda estaba aumentando y que la crisis no iba a ser breve, tomaron la decisión de buscar un lugar de despacho más grande, en el cual hoy están funcionando, comenta Espinoza.
"Lo que pasó con la pandemia es que tuvimos tanta, tanta demanda que la gente no podía hacer pedidos, porque el sistema de La Vega Delivery se llenó y la gente se metía a la página y no podía comprar porque todos los días le decía que estaban llenos. Lo que hicimos fue aumentar rápidamente la capacidad a un poquito más del doble, y también aumentamos los días hacia adelante que se puede hacer pedidos", confidencia Espinoza.
Una experiencia muy similar a la de Nicolás Jugo, joven ingeniero comercial y fundador de Vesta Delivery, otro portal de verdulería, que trabaja con varios proveedores de la Vega.
"Nos pegó fuerte en el sentido de la capacidad, de la organización, entonces tuvimos que adaptarnos rápido, pudimos solucionar varios problemas y estos cambios fueron para bien. Ya cumplimos con la capacidad, y hemos intentado seguir dando un buen servicio, pero claro, dentro de esta mala situación del mundo", indica Jugo.
Para el emprendedor, este es un rubro importante así como el servicio online, porque el proveedor que es locatario de una feria tiene mucha mejor calidad, y en estos tiempos de pandemia intenta sobrevivir esta crisis por los delivery, opina.
Según Jugo, la otra persona que se beneficia es el cliente final al obtener mejor calidad, y precios accesibles, "ese es el objetivo de esto, beneficiar a los dos lados".
A lo que todos los vendedores de La Vega, sean locatarios o delivery, no quieren renunciar, a pesar de las distancias impuestas por la pandemia, es a dar un buen servicio a sus clientes, tanto a los que atienden en el local, a los que le despachan a su domicilio, como a quienes piden online, particularmente en este tiempo en el que muchos se sienten mal.
"Eso es lo que nosotros tratamos de hacer, que se sientan gratos desde el momento del saludo hasta que vean la calidad, lo que hacemos por ellos, el despedirnos, la cosa es que siempre van a tener una sonrisa de parte de nosotros ", concluye Guillermina.