Estos comicios serán particularmente importantes para el partido Movimiento Regeneración Nacional (Morena), ya que implicarán la primera defensa de su mayoría en el Congreso mexicano, compuesto por las Cámaras de diputados y senadores. No obstante, en las últimas semanas esta facción se ha visto afectada por conflictos internos.
El más importante de ellos implica la disputa por la dirección nacional de Morena. Desde 2019, se propuso realizar un proceso interno para elegir nuevos dirigentes nacionales, estatales y municipales, pero el pleito entre facciones, lideradas por Yeidckol Polevnsky, secretaria general del partido, y Bertha Luján, presidenta del consejo nacional, frenó esos intentos.
Según la actual dirigencia, la secretaria general de Morena pagó 809 millones de pesos para comprar inmuebles que serían habilitados como sedes de su partido en varios estados, además de contratar para su renovación al empresario Enrique Borbolla García, quien fue encarcelado en 2014 por el delito de fraude maquinado. Pese a que ninguna de las remodelaciones pactadas se ha llevado a cabo, se afirma que el empresario cobró por adelantado 395 millones de pesos por esos trabajos.
Polevnsky ha utilizado los medios de comunicación para negar las acusaciones, donde también ha acusado a Ramírez Cuellar de intentar perjudicar su imagen. En todo caso, las supuestas regularidades podrían comprobarse una vez que la Unidad Técnica de Fiscalización del Instituto Nacional Electoral (INE) audite el informe de gastos de Morena correspondiente a 2019.
En Coahuila, la determinación de los candidatos para el Congreso local se suspendió luego de que surgieron desacuerdos por el nombramiento de Hortensia Sánchez como dirigente estatal. De manera similar, en Puebla los representantes locales se encuentran enfrentados con la dirigencia nacional tras la designación de Carlos Evangelista como delegado morenista en esa entidad.
De cara al proceso electoral en 2021, expertos consultados por Sputnik afirman que estos conflictos son síntoma de problemas arraigados desde hace tiempo en el sistema político mexicano. Ivonne Acuña Murillo, académica del departamento de Ciencias Sociales y Políticas de la Universidad Iberoamericana, considera que estos enfrentamientos se asocian con ciertas continuidades del presidencialismo en el país latinoamerican.
A su vez, Rosendo Bolívar Meza, profesor-investigador del Instituto Politécnico Nacional, recordó que la historia de la izquierda mexicana se ha caracterizado por el divisionismo y el conflicto entre grupos al interior de los distintos partidos que han fundado en el último siglo.
"La historia de la izquierda desgraciadamente es así, de divisionismo. Si nos vamos desde la creación del Partido Comunista Mexicano en 1919, siempre tuvo, al menos, dos grupos internamente. Es parte del proceso de maduración que deben tener los partidos. No es deseable, pero es real y es parte del proceso que se acentúa en la izquierda, pero no únicamente en ella", recordó.
Hacia la elección intermedia
Más allá de las continuidades históricas, Rosendo Bolívar apuntó que el conflicto actual al interior del Movimiento Regeneración Nacional se define por las diferencias entre los grupos que han acompañado al presidente López Obrador desde finales de la década de 1990 y los liderazgos incorporados al partido previo a las elecciones de 2018.
"Yo no siento que el problema fuerte de Morena esté por una división interna. Tenemos que diferenciar claramente la debilidad de Morena como partido, por lo que está viviendo internamente, pero Morena va con otros partidos que, sumando, le pueden dar la mayoría simple otra vez. Creo yo que se reproduciría más o menos la distribución de espacios como está ahorita. El voto duro del proyecto lopezobradorista a lo mejor se dispersa más", anticipó.
En el mismo sentido, Ivonne Acuña destacó que el pilar del partido y del proyecto de la cuarta transformación sigue siendo el presidente López Obrador.
"Si la popularidad del presidente se sostiene a pesar de esta crisis económica provocada por la pandemia —que se suma a la falta de crecimiento que ya traíamos—, si el presidente supera esta etapa, como él es el que arrastra los votos, pudiera mantenerse el año que entra. Pero son dos variables que pudieran moverse en contra del proyecto del presidente", previno.
La académica de la Universidad Iberoamericana aludió especialmente a la importancia de que Morena presente un frente unido de cara a 2021. Desde su perspectiva, la ciudadanía mexicana podría cobrarle muy caro a ese partido la continuación de las luchas por imponer intereses particulares, así como los señalamientos de corrupción contra personajes como Yeidckol Polevsky.
Rosendo Bolívar, por su parte, consideró que las pugnas recientes pueden ser un síntoma de una dificultad que diversos analistas han dejado de lado: la falta de profundidad en los cuadros partidistas de cara al proceso electoral de 2021.
"Creo que Morena quemó todos sus cartuchos. Sus mejores cuadros como candidatos a diputados, senadores, gobernadores, se fueron en la elección de 2018. Siento que los liderazgos fuertes para el 2021 no sé de dónde van a salir, pues todos están en las administraciones públicas federales y estatales. Tiene esa debilidad desde 2018", explicó.
No obstante, el investigador del Instituto Politécnico Nacional subrayó que esta situación es normal en los procesos de maduración de un nuevo partido político.
Por su parte, Ivonne Acuña recordó que, a pesar de los conflictos internos en Morena, los partidos de oposición tampoco han hecho lo suficiente para plantear una seria amenaza a la coalición de Gobierno de cara a las elecciones de 2021.
"El punto aquí es que también hay que contar con el otro actor: la oposición. Hasta hace poco, las encuestas registraban que Morena era el partido con mayor intención de voto. Sin embargo, lo que Morena perdía no lo está ganando la oposición partidista, sino los independientes. Lo interesante sería ver cómo esos independientes se van a mover el próximo año, y hacia dónde se decantarían", indicó.